- ALGÚN DÍA NOS AMAMOS
Entre la espesura de bayas y las islas de juncos, como a través de un mundo que sólo fuera cielo, oh firmamento invertido, la barca de nuestro amor se deslizaba. Brillantes como el día eran tus ojos, radiante fluía la corriente y era radiante el vasto y eterno cielo.
Cuando murió la gloria en el dorado crepúsculo, resplandeciente ascendió la luna, y llenos de flores al hogar regresamos. Radiantes fueron tus ojos esa noche, habíamos vivido, oh amor mío, habíamos amado.
domingo, 7 de julio de 2024
Robert Louis Stevenson
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario