martes, 30 de julio de 2024

Blanca Varela

LA LECCIÓN

Como una moneda te apretaré entre mis manos
y todas las puertas cederán
y lo veré todo               
y la sorpresa
no quemará mi lengua
y comprenderé entonces el crecimiento de las plantas
y el cambio de pelaje en las pequeñas crías.
              
Hallaré la señal
y la caída de los astros 
me probará la existencia de otros caminos               
y que cada movimiento engendra dos criaturas,
una abatida y otra triunfante,
y en cada mirada morirá la apariencia               
y desnudo y bello 
te arrojará la fábrica entre nosotros.


lunes, 29 de julio de 2024

Milan Kundera

Ser poeta significa
llegar al final
al final del movimiento
al final de la esperanza
al final de la pasión
al final de la desesperación
Entonces solo cuenta
no una vez no una vez
o puede suceder que
la suma de vidas resulte
ridículamente baja
¡Cómo un niño te tambalearás
por siempre en una tablita de multiplicar!
Ser poeta significa 
llegar al final cada vez

Reseña literaria: «Milan Kundera: ¿Qué es la insoportable levedad del ser?  _La insoportable levedad del ser_, de M. K.» por Yessika María Rengifo  Castillo – Revista Literaria Monolito

sábado, 27 de julio de 2024

Odysseas Elytis

Del Egeo

El amor
el archipiélago
y la proa de sus espumas
y las gaviotas de sus sueños
en el mástil más elevado el marinero ventila
una canción

El mar
su canto
y los horizontes de su viaje
y el eco de su nostalgia
en su roca más húmeda la novia espera
una embarcación.

El amor
su barco
y la indiferencia de sus vientos
y el foque de su esperanza
en su oleaje más ligero una isla mece
el retorno.


viernes, 26 de julio de 2024

Kiki Dimulá

El número plural

El amor,
nombre sustantivo,
muy sustantivo,
número singular,
género ni femenino ni masculino,
género desvalido.
Número plural:
los amores desvalidos.
.
El miedo,
nombre sustantivo,
al principio número singular
y luego plural:
los miedos.
Los miedos
por todo a partir de ahora.
.
La memoria,
nombre propio de los pesares,
número singular,
sólo número singular
e indeclinable.
La memoria, la memoria, la memoria.
.
La noche,
nombre sustantivo,
género femenino,
número singular.
Número plural:
las noches.
Las noches de ahora en adelante.

jueves, 25 de julio de 2024

Konstantino Kavafis

ESPERANDO A LOS BÁRBAROS

-¿Qué esperamos congregados en el foro?
Es a los bárbaros que hoy llegan.

-¿Por qué esta inacción en el Senado? 
¿Por qué están ahí sentados sin legislar los Senadores?
Porque hoy llegarán los bárbaros.
¿Qué leyes van a hacer los senadores?
Ya legislarán, cuando lleguen, los bárbaros.

-¿Por qué nuestro emperador madrugó tanto
y en su trono, a la puerta mayor de la ciudad,
está sentado, solemne y ciñendo su corona?
Porque hoy llegarán los bárbaros.
Y el emperador espera para dar
a su jefe la acogida. Incluso preparó,
para entregárselo, un pergamino. En él
muchos títulos y dignidades hay escritos.

-¿Por qué nuestros dos cónsules y pretores salieron
hoy con rojas togas bordadas;
por qué llevan brazaletes con tantas amatistas
y anillos engastados y esmeraldas rutilantes;
por qué empuñan hoy preciosos báculos
en plata y oro magníficamente cincelados?
Porque hoy llegarán los bárbaros;
y espectáculos así deslumbran a los bárbaros.

-¿Por qué no acuden, como siempre, los ilustres oradores
a echar sus discursos y decir sus cosas?
Porque hoy llegarán los bárbaros y 
les fastidian la elocuencia y los discursos.

-¿Por qué empieza de pronto este desconcierto
y confusión? (¡Qué graves se han vuelto los rostros!)
¿Por qué calles y plazas aprisa se vacían
y todos vuelven a casa compungidos?
Porque se hizo de noche y los bárbaros no llegaron.
Algunos han venido de las fronteras
y contado que los bárbaros no existen.

¿Y qué va a ser de nosotros ahora sin bárbaros?
Esta gente, al fin y al cabo, era una solución.


miércoles, 24 de julio de 2024

Miguel Hernández

Me tiraste un limón

Me tiraste un limón, y tan amargo,
con una mano cálida, y tan pura,
que no menoscabó su arquitectura
y probé su amargura sin embargo.

Con el golpe amarillo, de un letargo
dulce pasó a una ansiosa calentura
mi sangre, que sintió la mordedura
de una punta de seno duro y largo.

Pero al mirarte y verte la sonrisa
que te produjo el limonado hecho,
a mi voraz malicia tan ajena,

se me durmió la sangre en la camisa,
y se volvió el poroso y áureo pecho
una picuda y deslumbrante pena.




martes, 23 de julio de 2024

E.E. Cummings

Señora del silencio...

Señora del Silencio
de la dulce jaula de
tu cuerpo
se alzó
              en la sensitiva
noche
un
pájaro veloz

(tierna sobre
el prodigioso rostro de lo oscuro
tu
voz
        extiende alas colmadas de
perfume
escoltando de pronto
con soleados
pies

la punzante belleza de la aurora)

lunes, 22 de julio de 2024

Robert Louis Stevenson



Parte I

El antiguo bucanero



- I -

El viejo lobo de mar en el «Almirante Benbow»


El Squire Trelawney, el doctor Livesey y los demás señores me han encargado de poner por escrito todo lo referente a la «Isla del Tesoro», de punta a cabo, sin dejar otra cosa en el tintero que la posición de la isla, y esto porque aún quedan allí riquezas que no han sido recogidas. Tomo, pues, la pluma en el año de gracia de 17... y retrocedo hasta el tiempo en que mi padre era el dueño de la posada del «Almirante Benbow», y en que el viejo navegante, de moreno y curtido rostro, cruzado por un sablazo, se acomodó como huésped bajo nuestro techo.

Lo recuerdo, como si hubiera sido ayer, tal como llegó, con torpe andadura, a la puerta del albergue, y tras él, siguiéndole en una carretilla, un cofre de marinero. Era un hombrazo alto, recio, pesado, de color de nuez; la coleta embreada le caía sobre los hombros de la casaca azul, cubierta de manchas; tenía las manos agrietadas y llenas de cicatrices, con las uñas negras y rotas; y la cuchillada, que cruzaba una de sus mejillas, había dejado un costurón lívido, de sucia blancura. Paréceme que le estoy viendo mirar en torno de la ensenada, silbando entre dientes, y después tararear aquella antigua canción marinera, que cantaba luego tan a menudo:


Quince hombres van en El Cofre del Muerto.
¡Ay, ay, ay, la botella de ron!







LA ISLA DEL TESORO(1932)


 

domingo, 21 de julio de 2024

Rosario Castellanos

EL DESPOJO


Me arrebataron la razón del mundo
y me dijeron: gasta tus años componiendo
este rompecabezas sin sentido.
No hay más. Un acto es una estatua rota.
Una palabra es sólo
la imagen deformada en un espejo.
¿Qué vas a amar? ¿Un cuerpo que se pudre
-ese pantano lento en que te ahogas-
o un alma que no existe?
¿Qué puedes esperar? El tiempo es lo continuo
y si dices “mañana” mientes, pues dices “hoy”.
Ni siquiera se muere. Algo muy leve cambia
y sigues, dura, en piedra; creciendo en vegetal
y otra vez despertando en lo que eras.
Otra vez. Otra vez.
Me dijeron: no busques. Nada se te ha perdido.
Y los vi desde lejos

Ocultar lo que roban y reír.


sábado, 20 de julio de 2024

Olga Orozco

REHENES DE OTRO MUNDO

a Vicent Van Gogh,
a Antoni Artauda 

a Jacobo Fijman



Era un pacto firmado con la sangre de cada pesadilla,una simulación de durmientes que roen el peligro en un hueso de insomnio.
Prohibido ir más allá.
Sólo el santo tenía la consigna para el túnel y el vuelo.
Los otros mordaza, las vendas y el castigo.
Entonces había que acatar a los guardianes desde el fondo del foso.
Había que aceptar las plantaciones que se pierden de visa al borde de los pies.
Había que palpar a ciegas las murallas que separan al huésped y al perseguidor.
Era la ley del juego en el salón cerrado:
las apuestas a medias hasta perder la llave
y unas puertas que se abren cuando ruedan los últimos dados de la muerte.
Y ellos se adelantaron de un salto hasta el final,
con sus altas coronas.
Quemaron los telones,
arrancaron de cuajo los árboles del bosque,
rompieron hasta el fondo las membranas para poder pasar.
Fue una chispa sagrada en el infierno,
la ráfaga de un cielo sepultado en la arena,
la cabeza de un dios que cae dando tumbos entre un rayo y el trueno.
Y después no hubo más.
Nada más que las llamas, el polvo y el estruendo,
iguales para siempre, cada vez.
Pero esa misma mano mordida por la trampa rozó la eternidad,
esa misma pupila trizada por la luz fue un fragmento del sol,
esas sílabas rotas en la boca fueron por un instante la palabra.
Ellos eran rehenes de otro mundo, como el carro de Elías.
Pero estaban aquí,
cayendo,
desasidos.

viernes, 19 de julio de 2024

Julia de Burgos

Media noche

Se ha callado la idea turbadora
y me siento en el sí de tu abrazo,
convertida en un sordo murmullo
que se interna en mi alma cantando.
Es la noche una cinta de estrellas
que una a una a mi lecho han rodado;
y es mi vida algo así como un soplo
ensartado de impulsos paganos.
Mis pequeñas palomas se salen
de su nido de anhelos extraños
y caminan su forma tangible
hacia el cielo ideal de sus manos.
Un temblor indeciso de trópiconos penetra la alcoba.
¡Entre tanto,
se han besado tu vida y mi vida...
y las almas se van acercando!
¡Cómo siento que estoy en tu carne
cual espiga a la sombra del astro!
¡Cómo siento que llego a tu alma
y que allá tú me estás esperando!
Se han unido, mi amor, se han unido
nuestras risas más blancas que el blanco,
y ¡oh milagro! en la luz de una lágrima
se han besado tu llanto y mi llanto...
¡Cómo mueren las últimas millas
que me ataban al tren del pasado!
¡Qué frescura me mueve a quedarme
en el alba que tú me has brindado!

jueves, 18 de julio de 2024

miércoles, 17 de julio de 2024

Manuel Padorno

Luz tan lejana

Segué la gavia, aré la orilla
azul del mar, hendí la llama viva.
Contempla cómo suben llamaradas
donde se posa la gaviota aquella,
donde golpea el oleaje, donde rompe
la espuma lentamente. Queda sólo
la luz, y la alegría. Cómo caen
las estrellas. Y amanece, amanece.
Alguien derrama luz. Sembrados
del aire fuera mientras se subía,
mientras subía la luz tan lejos.


martes, 16 de julio de 2024

José Martí

Bosque de rosas

Allí despacio te diré mis cuitas;
Allí en tu boca escribiré mis versos–
Ven, que la soledad será tu escudo!
Pero, si acaso lloras, en tus manos
Esconderé mi rostro, y con mis lágrimas
Borraré los extraños versos míos.

Sufrir ¡tú a quien yo amo, y ser yo el casco
Brutal, y tú, mi amada, el lirio roto?
¡Oh! la sangre del alma, ¿tú la has visto?
Tiene manos y voz, y al que la vierte
Eternamente entre las sombras acusa.

¡Hay crímenes ocultos, y hay cadáveres
De almas, y hay villanos matadores!
Al bosque ven: del roble más erguido
Un pilón labremos, y ¡en el pilón
Cuantos engañen a mujer pongamos!
Ésa es la lidia humana: ¡la tremenda
Batalla de los cascos y los lirios!
¿Pues los hombres soberbios, no son fieras?
Bestias y fieras! Mira, aquí te traigo
Mi bestia muerta y mi furor domado.

Ven, a callar, a murmurar, al ruido
De las hojas de Abril y los nidales.
Deja, oh mi amada, las paredes mudas
De esta casa ahoyada y ven conmigo
No al mar que bate y ruge sino al bosque
De rosas que hay al fondo de la selva.

Allí es buena la vida, porque es libre,
Y tu virtud, por libre, será cierta,
Por libre, mi respeto meritorio.
Ni el amor, si no es libre, da ventura.

¡Oh, gentes ruines, los que en calma gozan
De robados amores! Si es ajeno
El cariño, el placer de respetarlo
Mayor mil veces es que el de su goce;
Del buen obrar que orgullo al pecho queda
Y como en dulces lágrimas rebosa,
Y en extrañas palabras, que parecen
¡Aleteos, no voces! Y ¡qué culpa
La de fingir amor! ¡Pues hay tormento
Como aquel, sin amar, de hablar de amores!
¡Ven, que allí triste iré, pues yo me veo!
¡Ven, que la soledad será tu escudo!



lunes, 15 de julio de 2024

Carmen Martín Gaite

FARMACIA DE GUARDIA 

No es Valium ni Orfidal, 
no me ha entendido. 
Se trata de la fe. Sí: de la fe. 
Comprendo que es muy tarde 
y no son horas 
de andar telefoneando a una farmacia 
con tales quintaesencias. 
Lo que yo necesito 
para entrar confiada en el vientre del sueño 
es algún específico protector de la fe.
  
¿Qué le ponga un ejemplo más concreto? 
Pues no sé… Necesito 
creerme que este saco 
cerrado por la boca 
y en cuya superficie 
se aprecia la joroba 
de envoltorios estáticos 
puede volver a abrirse alguna vez, 
a provocar deseos y sorpresas 
bajo la luz del sol y de la luna, 
bajo el fervor clemente 
de los dioses del mar. 
¡Oh, volver a sentir lo que era eso!
  
Y ni siquiera necesito tanto 
—ya es menos lo que pido—; 
simplemente creerme 
que un día lo sentí 
intempestivamente 
cuando más descuidada andaba de esperarlo, 
y supe con certeza 
que sí, que se podía, 
que un corazón doméstico 
cuando al fin se desboca 
es porque está latiendo sin saberlo 
desde otro muy cercano.

Ya. Que no tienen nada. 
Pues perdone. 
Comprendo que es muy tarde 
para hacerle perder a usted el tiempo 
con tales quintaesencias. 
Ya me lo figuraba. 
Buenas noches.



viernes, 12 de julio de 2024

Julia de Burgos

Ocaso

¡Cómo suena en mi alma la idea
de una noche completa en tus brazos
diluyéndome toda en caricias
mientras tú te me das extasiado!
¡Qué infinito el temblor de miradas
que vendrá en la emoción del abrazo,
y qué tierno el coloquio de besos
que tendré estremecida en tus labios!¡Cómo sueño las horas azules
que me esperan tendida a tu lado,
sin más luz que la luz de tus ojos,
sin más lecho que aquel de tu brazo!¡Cómo siento mi amor floreciendo
en la mística voz de tu canto:
notas tristes y alegres y hondas
que unirán mi emoción a tu rapto!
¡Oh la noche regada de estrellas
que enviará desde todos sus astros
la más pura armonía de reflejos
como ofrenda nupcial a mi tálamo!

jueves, 11 de julio de 2024

Augusto Monterroso

Decálogo del escritor 


Primero.
Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre.
Segundo.
No escribas nunca para tus contemporáneos, ni mucho menos, como hacen tantos, para tus antepasados. Hazlo para la posteridad, en la cual sin duda serás famoso, pues es bien sabido que la posteridad siempre hace justicia.
Tercero.
En ninguna circunstancia olvides el célebre díctum: "En literatura no hay nada escrito".
Cuarto.
Lo que puedas decir con cien palabras dilo con cien palabras; lo que con una, con una. No emplees nunca el término medio; así, jamás escribas nada con cincuenta palabras.
Quinto.
Aunque no lo parezca, escribir es un arte; ser escritor es ser un artista, como el artista del trapecio, o el luchador por antonomasia, que es el que lucha con el lenguaje; para esta lucha ejercítate de día y de noche.
Sexto.
Aprovecha todas las desventajas, como el insomnio, la prisión, o la pobreza; el primero hizo a Baudelaire, la segunda a Pellico y la tercera a todos tus amigos escritores; evita pues, dormir como Homero, la vida tranquila de un Byron, o ganar tanto como Bloy.
Séptimo.
No persigas el éxito. El éxito acabó con Cervantes, tan buen novelista hasta el Quijote. Aunque el éxito es siempre inevitable, procúrate un buen fracaso de vez en cuando para que tus amigos se entristezcan.
Octavo.
Fórmate un público inteligente, que se consigue más entre los ricos y los poderosos. De esta manera no te faltarán ni la comprensión ni el estímulo, que emana de estas dos únicas fuentes.
Noveno.
Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando sientas duda, cree; cuando creas, duda. En esto estriba la única verdadera sabiduría que puede acompañar a un escritor.
Décimo.
Trata de decir las cosas de manera que el lector sienta siempre que en el fondo es tanto o más inteligente que tú. De vez en cuando procura que efectivamente lo sea; pero para lograr eso tendrás que ser más inteligente que él.
Undécimo.
No olvides los sentimientos de los lectores. Por lo general es lo mejor que tienen; no como tú, que careces de ellos, pues de otro modo no intentarías meterte en este oficio.
Duodécimo.
Otra vez el lector. Entre mejor escribas más lectores tendrás; mientras les des obras cada vez más refinadas, un número cada vez mayor apetecerá tus creaciones; si escribes cosas para el montón nunca serás popular y nadie tratará de tocarte el saco en la calle, ni te señalará con el dedo en el supermercado.
El autor da la opción al escritor de descartar dos de estos enunciados, y quedarse con los restantes diez.


miércoles, 10 de julio de 2024

Khalil Gibran

Dios

En los días de mi más remota antigüedad, cuando el temblor primero del habla llegó a mis labios, subí a la montaña santa y hablé a Dios, diciéndole:
-Amo, soy tu esclavo. Tu oculta voluntades mi ley, y te obedeceré por siempre jamás.
Pero Dios no me contestó, y pasó de largo como una potente borrasca.
Y mil años después volví a subir a la montaña santa, y volví a hablar a Dios, diciéndole:
-Creador mío, soy tu criatura. Me hiciste de barro, y te debo todo cuanto soy.
Y Dios no contestó; pasó de largo como mil alas en presuroso vuelo.
Y mil años después volví a escalar la montaña santa, y hablé a Dios nuevamente, diciéndole:
-Padre, soy tu hijo. Tu piedad y tu amor me dieron vida, y mediante el amor y la adoración a ti heredaré tu Reino.
Pero Dios no me contestó; pasó de largo como la niebla que tiende un velo sobre las distantes montañas.
Y mil años después volví a escalar la sagrada montaña, y volví a invocar a Dios, diciéndole:
-¡Dios mío!, mi supremo anhelo y mi plenitud, soy tu ayer y eres mi mañana. Soy tu raíz en la tierra y tú eres mi flor en el cielo; junto creceremos ante la faz del sol.
Y Dios se inclinó hacia mí, y me susurró al oído dulces palabras. Y como el mar, que abraza al arroyo que corre hasta él, Dios me abrazó.
Fin

martes, 9 de julio de 2024

Tomás Morales

Oda al Atlántico I

El mar: el gran amigo de mis sueños, el fuerte

titán de hombros cerúleos e inenarrable encanto:

en esta hora, la hora más noble de mi suerte,

vuelve a henchir mis pulmones y a enardecer mi canto… 

El alma en carne viva va hacia ti, mar augusto,

¡Atlántico sonoro! Con ánimo robusto,

quiere hoy mi voz de nuevo solemnizar tu brío.

Sedme, Musas, propicias al logro de mi empeño:

¡mar azul de mi Patria, mar de Ensueño,

mar de mi Infancia y de mi Juventud… mar Mío!

Era el mar silencioso…

Diríase embriagado de olímpico reposo, 

prisionero en el círculo que el horizonte cierra. 

El viento no ondulaba la bruñida planicie

y era su superficie

como un cristal inmenso afianzado en la tierra. 

En lucha las enormes y opuestas energías,

las potencias caóticas, sustentaban bravías

el equilibrio etéreo

– a la estática adicto y al Aquilón reacio –

en un inmesurable atletismo de espacio:

lo infinito del agua y el infinito aéreo…

Así pasaron cientos de centurias iguales,

soledad y misterio… Las potencias rivales,

sin abdicar un punto, mantenían su puesto

con su actitud de siglos y su forzado gesto.

Mas, de pronto, una noche claudican los puntales, 

se anuncian cosas nuevas y sobrenaturales. 

Primero es un menguado claror alucinante. 

Ronco rumor distante

se acerca presuroso por el azul sereno;

un diamante de fuego raya el éter, un trueno 

repercute en la clara concavidad de un monte 

de la tierra cercana… y en el brutal desgarro 

de una nube aparece, llenando el horizonte

– áureo de prestigios -, Poseidón, en su carro…


lunes, 8 de julio de 2024

Òscar Hahn

SOCIEDAD DE CONSUMO

Caminamos de la mano por el supermercado
entre las filas de cereales y detergentes

Avanzamos de estante en estante
hasta llegar a los tarros de conserva

Examinamos el nuevo producto
anunciado por la televisión

Y de pronto nos miramos a los ojos
y nos sumimos uno en el otro

y nos consumimos



René Char

Alta fuente

Siempre hacia a ti
Mas sin decírtelo
Hasta tu boca
amada.
Pero el instante que se va
Me nombra
Cualesquiera sean los rasgos
que yo adopte.

Favorita del aire, la calandria
No deja caer a tierra su canto,
Y por los trigos pasa el viento.

Acerco a la rosa
La punta de mi llama.
¡No ha gemido la espina!
Solo mi propio polvo
Puede gastarme.


domingo, 7 de julio de 2024

Robert Louis Stevenson

  • ALGÚN DÍA NOS AMAMOS

    Entre la espesura de bayas y las islas de juncos, como a través de un mundo que sólo fuera cielo, oh firmamento invertido, la barca de nuestro amor se deslizaba. Brillantes como el día eran tus ojos, radiante fluía la corriente y era radiante el vasto y eterno cielo.

    Cuando murió la gloria en el dorado crepúsculo, resplandeciente ascendió la luna, y llenos de flores al hogar regresamos. Radiantes fueron tus ojos esa noche, habíamos vivido, oh amor mío, habíamos amado.

sábado, 6 de julio de 2024

Luis Cernuda

No es el amor quien muere…

No es el amor quien muere,
somos nosotros mismos.

Inocencia primera
Abolida en deseo,
Olvido de sí mismo en otro olvido,
Ramas entrelazadas,
¿Por qué vivir si desaparecéis un día?

Sólo vive quien mira
Siempre ante sí los ojos de su aurora,
Sólo vive quien besa
Aquel cuerpo de ángel que el amor levantara.

Fantasmas de la pena,
A lo lejos, los otros,
Los que ese amor perdieron,
Como un recuerdo en sueños,
Recorriendo las tumbas
Otro vacío estrechan.

Por allá van y gimen,
Muertos en pie, vidas tras de la piedra,
Golpeando la impotencia,
Arañando la sombra
Con inútil ternura.

No, no es el amor quien muere.

viernes, 5 de julio de 2024

Robert Burns

La Lágrima

Mi corazón es angustia, y lágrimas caen de mis ojos;
Hace largo, largo tiempo que la alegría me es extraña:
Olvidado y sin amigos soporto mil montañas,
Sin una voz dulce que suene en mis oídos.

Amarte es mi placer, y profundo lastima tu encanto;
Amarte es mi desdicha, y esta pena lo ha demostrado;
Pero el corazón herido que ahora sangra en mi pecho
Se siente como un flujo incansable que pronto será deshecho.

Oh, si yo fuese -si acariciar la felicidad yo pudiese-
Abajo en el arroyo joven, en el cansado castillo verde;
Pues allí deambula entre melodías permanentes
Aquella lágrima seca de tus ojos.

miércoles, 3 de julio de 2024