jueves, 28 de agosto de 2025

Claudio Rodríguez

Oda a la niñez 

    I

¿Y esta es tu bienvenida, 
marzo, para salir de casa alegres: 
con viento húmedo y frío de meseta? 
Siempre ahora, en la puerta, 
y, aún a pesar nuestro, vuelve, vuelve 
este destino de niñez, que estalla 
por todas partes: en la calle, en esta 
voraz respiración del día, en la honda 
sencillez del primer humo sabroso, 
en la mirada, en cada laboreo 
del hombre. 

Siempre así, de vencida, 
sólo por miedo a tal castigo, a tal 
combate, ahora hacemos 
confuso vocerío por ciudades, 
por fábricas, por barrios 
de vecindad. Más tras la ropa un tiemblo 
nos tañe, y al salir por tantas calles 
sin piedad y sin bulla, 
rompe claras escenas 
de amanecida y tantos 
sucios ladrillos sin salud se cuecen 
de intimidad de lecho y guiso. Entonces, 
nada hay que nos aleje 
de nuestro alto oficio de inocencia; 
entonces, ya en faena, 
cruzamos esta plaza, como si en junio fuera, 
se abre nuestro pulmón trémulo de alba 
y, como a mediodía, 
ricos son nuestros ojos 
de oscuro señorío. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario