Plegaria del que aterriza
Cielo, yo que no creo que en ti floten mensajes
y que leo en el alma (y digo alma)
como nada más alto nos protege
que el placer, la conciencia y la alegría,
yo te prometo, cielo, si aterrizamos sanos
que guardaré este miedo que hace temblar mi pulso
mientras escribo en manos de la furia del aire.
Lo guardaré, si llego, no para fabular
razones superiores ni para desafiarlas
sino para recordarte siempre, cielo,
liso, llano y azul como ahora te alcanzo,
hermoso intrascendente, un simple gas que agita
la luz y me conmueve
como sólo un viajero transitorio,
como sólo un mortal puede saberlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario