El grito en la garganta..
(La fuerza invertida)
No lloré
cuando el grito
te abrasaba la garganta.
Cuando el llanto te obligó
a buscar el suelo de rodillas
y tus manos abrazaban tu cintura.
No lloré,
es cierto,
ni acepté que tú llorabas.
Y ahora pienso en ti,
en los sueños que no busqué en tus duermevelas,
en los vientos que no bebí,
en el agua que no me ahogó
aunque tus ríos se hubieran desbordado.
Pienso en ti.
En ti
y en nuestras madrugadas.
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