II
Hombres con cabeza de águila
no me interesan más.
O los hombres-cerdo, o aquellos que pueden volar
con ayuda de cera y plumas.
O aquellos que se quitan la ropa
para revelar otras ropas
o aquellos con pieles de cuero azul
o aquellos dorados y planos como un escudo de armas
o aquellos con garras, los disecados
con ojos de vidrio: o aquellos
jerárquicos como grebas y máquinas de vapor.
Todos ellos a los que puedo crear, confeccionar
o encontrar fácilmente: ellos se precipitan y retumban
alrededor de esta isla, ordinarios como moscas.
como chispas intermitentes, chocando entre ellos.
Puedes observarlos en los días calurosos
mientras se derriten, se deshacen,
caen al océano
como gaviotas enfermas, destronamientos, accidentes aéreos.
En cambio, yo busco a los otros
a los que sobran,
los que han escapado de aquellas
mitologías con nada más que sus vidas:
ellos tienen caras y manos reales
ellos se piensan a sí mismos como seres malignos,
de alguna manera, preferirían ser árboles.
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