Han llegado todos los días este mes.
En una ocasión dije que los escribía
porque no tenía tiempo para nada
más. Queriendo decir, por supuesto,
para nada mejor, mejor que para simples
poemas y versos. Ahora los escribo
porque me apetece.
Más que otra cosa porque
estamos en febrero
cuando no sucede gran cosa
normalmente. Pero este mes
han florecido los alerces,
y ha salido el sol todos los
días. Es cierto que mis pulmones
se han recalentado como un horno.
Y qué me da a mí si hay gente
que está esperando que se le caiga
el otro zapato, donde me afecte.
Bueno, aquí está pues. Adelante.
Póntelo. Espero que se ajuste
como un zapato.
Lo suficientemente ajustado, sí,
pero suave para que el pie tenga espacio
para respirar un poco. Levántate. Date
la vuelta. ¿Lo sientes? Irá adonde
tú vayas, y estará allí contigo
al final de tu viaje.
Pero de momento quédate descalzo. Sal
afuera un rato, y juega.
POEMS
They’ve come every day this month.
Once I said I wrote them because
I didn’t have time for anything
else. Meaning, of course, better
things – things other than mere
poems and verses. Now I’m writing
them because I want to.
More than anything because
this is February
when normally not much of anything
happens. But this month
the larches have blossomed,
and the sun has come out
every day. It’s true my lungs
have heated up like ovens.
And so what if some people
are waiting for other shoe
to drop, where I’m concerned.
Well, here it is then. Go ahead.
Put it on. I hope it fits
like a shoe.
Close enough, yes, but supple
so the foot has room to breathe
a little. Stand up. Walk
around. Feel it? It will go
where you’re going, and be there
with you at the end of your trip.
But for now, stay barefoot. Go
outside for a while, and play.
From A New Path to the Waterfall.
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