DESOBEDECER
Desobedecer con la terca humildad
del que no tiene argumento intelectual que lo defienda
pero tiene el sentido primitivo de lo justo.
Desobedecía, así, desde niña
cuando no creía que los padres tuvieran siempre razón,
ni que las sotanas fueran palabra de Dios.
Desobedecía cuando me hablaban de la verdad mintiendo,
cuando predicaban pero no daban trigo
y cuando me decían que obedecer era amar
pero yo ya intuía que amar era otra cosa
que agachar la cabeza para esperar el golpe.
Cuando escuchaba mi nombre
nunca dije “servidora”.
martes, 8 de marzo de 2022
Begoña Abad
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