ESCRITO EN EL ÁLBUM DE EMILY
¿En dónde reside la grandeza de Emily?
En su jardín. En el asombro menudo de las hojas,
en los charcos con sapitos y légamos,
en la azucena y en la alondra,
en la abeja dactilógrafa
y hasta en una mosca espiando
por el vidrio de su ventana.
De la palabra mármol no le hablen. La empleó
contadas veces como cuando
a Amherst llegaron tropas del Norte
y ella para manifestar su agradecimiento
se imaginó cual doncella de Orléans
simulando en el mármol
tallados con su fe
unos labios para siempre sonrientes.
Casa de Emily Dickinson en Amherst, Massachussetts |
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