viernes, 31 de agosto de 2018

Ezra Pound

El encuentro

Mientras ellos hablaban todo el tiempo de la nueva moral
ella me exploraba con sus ojos.
y cuando me levanté para marcharme
sus dedos fueron como el tejido
de una servilleta japonesa de papel.








 louise brooks

 

 

 

The Encounter

All the while they were talking the new morality
Her eyes explored me.
And when I rose to go
Her fingers were like the tissue
Of a Japanese paper napkin.
 
 
 
 
 
 

jueves, 30 de agosto de 2018

Karmelo C. Iribarren

TORMENTA DE VERANO

Están cogidos de la mano
en silencio,
bajo los soportales.

El niño mira su columpio,
muy triste,
bajo la lluvia,
y no lo entiende.

El padre mira al niño:
es la vida, hijo
-quisiera poder decirle-,
y no ha hecho más que empezar.









❤️


miércoles, 29 de agosto de 2018

Clarice Lispector

ELLA Y EL MAR
Ahí estaba el mar, la más ininteligible de las existencias no humanas. Y ahí estaba la mujer, de pie, el más ininteligible de los seres vivos. Como el ser humano había hecho un día una pregunta sobre sí mismo, se había vuelto el más ininteligible de los seres por donde circulaba sangre. Ella y el mar.
Sólo podría haber un encuentro de sus misterios si uno se entregase al otro: la entrega de dos mundos incognoscible realizada con la confianza con que se entregarán dos comprensiones.
Ella miraba el mar, era lo que podía hacer. El solo le era delimitado por la línea del horizonte, esto es, por su incapacidad humana de percibir la curvatura de la tierra.












martes, 28 de agosto de 2018

Eduardo Galeano

Las cartas de amor
Ellos se conocieron por casualidad, que es como se suelen encontrar los grandes amores, casi siempre por casualidad, por una llamada equivocada, por un encuentro fortuito. A ellos lo que les pasó fue que él había quedado en aquel café con una persona que no vino, y claro, la vio a ella sentada en la mesa del café, radiante, así que, harto de esperar no se cortó un pelo y dijo:
—“ya que he venido hasta aquí, no puedo desaprovechar esta ocasión”.
Se acercó a la mesa y dijo:
—“¿Me permite?”
—“Por supuesto”
Esto solo suele pasar en las historias que te cuentan otros, nunca en la vida real, por lo general cuando dices:
—“Me permites”, dicen
—“De qué”
A lo mejor ella estaba esperando a alguien que tampoco vino, quién sabe, yo qué sé, habrá que inventar otra historia en la que ella le dice “De qué”, en este caso ella lo invitó a él para que se sentase, y él se sentó. Y claro, no había de qué hablar,
—“¿y qué lees?”
Lo malo fue que él no había leído nada del escritor que ella estaba leyendo, mal empezamos, mal, muy mal, por ahí no.
—“Pues bonito día”
Pero enseguida empezaron a profundizar, porque ella dijo
—“Sí, la verdad es que hace un bonito día”
Y aunque no lo hiciera. Pero poco a poco él fue venciendo esa timidez que le caracteriza y fueron profundizando. Al principio él para llamar su atención contó una que otra mentira, que era escritor, luego reconoció que nunca le habían publicado nada, pero eso vino más tarde, cuando ya se conocían más, cuando pasaron del café a la habana con coca cola.
Por entonces ya estaban descubriendo que tenían más afinidades de las que pensaban al principio, y compartían gustos cinematográficos, y por eso él le dijo
—“Oye, y si vamos a ver esta, ¿has visto La vida es bella?” y ella
—“No”,
—“Oye quedamos el fin de semana”,
—“Vale”.
Y aquel fin de semana pues, yo no sé muy bien si para sorprenderla o no, pero el caso es que él rompía a llorar en cada escena en la que aparecía el chaval pequeño, esto a ella le enterneció, yo quiero pensar que era de verdad.
Resulta que coincidían en más gustos, y también en lo musical, y le dijo:
—“Oye, este fin de semana toca Ismael Serrano”,
—“Ismael qué?”,
—“Pero a ti te gustan los cantautores?”,
—“Los de verdad me gustan”.
Pero él le convenció a ella y fueron. Cuando él empezó a cantar aquella de Vértigo, pues se atrevió a cogerle la mano.
Y poco a poco se fueron inevitablemente enamorando, pero no por esto de Ismael Serrano, ni por el Vértigo, quizá más por aquello de llorar con La vida es bella.
Una mañana él se levanta y al abrir los ojos se da cuenta de que está perdidamente enamorado de ella, y quedaron entonces en aquel café en el que se conocieron por casualidad. Los momentos importantes suelen coincidir casi siempre en los mismos sitios, no estoy muy seguro de lo que acabo de decir, pero es una buena frase. Pero fue en aquel café en donde ella le dijo:
—“Sabes, creo que me tengo que ir durante algún tiempo”,
—“Yo te iba a decir casi lo contrario, que te quedaras conmigo para toda la vida”, y ella dijo –“No te preocupes porque yo estaré esperando el día que vuelva para retomar contigo este camino que emprendimos, además, cada quince días puntualmente te mandaré una carta en la que te contaré todo lo que hecho, todo lo que siento, todo lo mucho que te echo de menos, y todo lo poco que nos falta para vernos”,
El dijo que bueno, que vale
—“Pero que si no te vas casi mejor”.
Pero se fue.
Fue entonces cuando descubrió que aquello no tenía remedio y que estaba perdidamente enamorado, que no había ningún elixir que hiciera que la olvidase, que no era cierto aquella de que un clavo saca otro clavo, que a veces es cierto que los amores a primera vista existen, bueno, ¿es que acaso hay otros?.
A los quince días puntualmente llegó la carta de ella toda llena de besos y de caricias, de te echo de menos, él lloró, y esta vez era de verdad. Y guardaba las cartas con mucho cariño encima de la mesilla. Pasaron quince días, y otros quince, y otros quince, y otros quince, y las cartas se iban acumulando. Y su vida consistía en esperar a que llegara el decimoquinto día, abrir el buzón y encontrar la carta de amor en la que ella prometía volver, esperar esa carta en la que ella le diría que volvía pronto. Y pasaron años, muchos años, y ya las cartas casi no cabían en la casa, se compró una gran caja fuerte para guardar todas las cartas, porque eran su gran tesoro, porque vivía para leer las cartas que ella le había escrito, porque ella era lo que más quería, y así pasaron creo que diez años, quince, no me acuerdo.
Y un día ella, sin saber cómo ni por qué, dejó de escribir, y al quince día él se encontró el buzón vacío, y el alma partida en dos.
Ahora solo podía vivir del recuerdo, leyendo las cartas que ella le había escrito con tanto cariño, aquellas cartas eran su mayor tesoro.
Un día él salió de casa, porque tenía que salir, y unos ladrones entraron en su casa. Al ver allí la gran caja fuerte no se lo pensaron dos veces, porque pensaron que debían esconder algún gran tesoro, grandes riquezas, realmente no era. Y se llevaron la gran caja fuerte.
Imagínate la desolación de nuestro protagonista cuando llega a su casa y se da cuenta de que le han robado lo que él más quería, lo que le hacía sentirse vivo algunas tardes de domingo cuando no sonaba el jodido teléfono, cuando releía aquellas cartas y aquellas promesas quién sabe si falsas.
Suele pasar que los ladrones son buenas personas, y este era el caso. Pero imagínate la cara de los ladrones cuando abren la caja fuerte y se encuentran montones de cartas de amor, declaraciones imposibles. El jefe de los ladrones se enfadó un poquito, pues la caja pesaba, y llevarla a la guarida no era moco de pavo.
Nuestro hombre vagaba casi moribundo por las calles de su ciudad, con la esperanza de encontrar alguna carta, a alguien que le hablara de una gran caja fuerte llena de cartas, perdido sin saber ya qué hacer.
El jefe ladrón lo que dijo es que aquellas cartas lo que había que hacer era quemarlas o tirarlas al río, lo que fuera, pero que desaparecieran de inmediato. Pero el más joven de los ladrones era más bueno, y se le ocurrió una gran idea.
Un día nuestro hombre llegó a casa después de estar buscando toda una tarde, y al abrir el buzón ¿Adivina lo que se encontró?... Una carta. Los ladrones habían decidido mandarle las cartas tal y como ella se las había mandado, puntualmente cada quince días, por riguroso orden.
Ahora él resucitaba con la esperanza de revivir aquellos momentos en los que quizá un día leería la carta en la que ella diría:
—“Pronto estaré allí”.

sábado, 25 de agosto de 2018

Jacques Prevert

Chanson

Quel jour sommes-nous
Nous sommes tous les jours
Mon amie
Nous sommes toute la vie
Mon amour
Nous nous aimons et nous vivons
Nous vivons et nous nous aimons
Et nous ne savons pas ce que c'est que la vie
Et nous ne savons pas ce que c'est que le jour
Et nous ne savons pas ce que c'est que l'amour







some days royally suck....might as well celebrate them too,... why the hell not, C`<3









Canción


¿Qué día es hoy?
Hoy es todos los días
Nosotros somos todos los días
Amiga mía
Nosotros somos toda la vida
Amor mío
Nos amamos y vivimos
Y no sabemos qué es la vida
Y no sabemos qué es el día
Y no sabemos qué es el amor.



viernes, 24 de agosto de 2018

Li Qingzhao

Arenas del lavadero de seda

Hace a un lado la copa llena  de ámbar espeso:

la languidez aumenta y no quiere embragarse.

La brisa de la tarde 

esparce el replicar de las campanas.

Al igual que el aroma del incienso,

su sueño se evapora 

y resbala lar horquilla dorada de su pelo,

Se incorpora confusa, 

y pierde su mirada 

en la flor encendida una candela roja.



 Song Dynasty (960 - 1279) is a milestone in Chinese painting history with great developments in Landscape and Gongbi painting, here examples on silk fans. #Fan #Gongbihua

jueves, 23 de agosto de 2018

Pablo Neruda

No estés lejos de mí un solo día
No estés lejos de mí un solo día, porque cómo,
porque, no sé decirlo, es largo el día,
y te estaré esperando como en las estaciones
cuando en alguna parte se durmieron los trenes.

No te vayas por una hora porque entonces
en esa hora se juntan las gotas del desvelo
y tal vez todo el humo que anda buscando casa
venga a matar aún mi corazón perdido.

Ay que no se quebrante tu silueta en la arena,
ay que no vuelen tus párpados en la ausencia:
no te vayas por un minuto, bienamada,

porque en ese minuto te habrás ido tan lejos
que yo cruzaré toda la tierra preguntando
si volverás o si me dejarás muriendo.







 Imagen relacionada

miércoles, 22 de agosto de 2018

José Cereijo

CLARA EN LOS UFFIZI
Ibas despreocupada paseando
por  las salas del museo de los Uffizi,
sin saber hacia dónde dirigir tus dos ojos;
avanzabas quizá con el cansancio
del que ha recorrido Florencia todo el día.
No sabías que, de repente, allí
te iba a asaltar un poderoso símbolo:
el de la inesperada Belleza,
el ideal sublime de Belleza y Verdad,
ese que (todavía) nos hace a los humanos
más humanos.

Botticelli fue el nombre del artista.
La Primavera el cuadro.
No supiste qué hacer
y te quedaste muda.
Simplemente dejaste que hablase el corazón.
Y te pusiste a llorar.
Y llorabas,
y llorabas.

A la Verdad y a la Belleza sólo
le faltaban el gozo de tus lágrimas.
 
 
 
 
 
 
 
 Detalle de La Primavera de Sandro Botticelli

martes, 21 de agosto de 2018

Ángel González



ESO ERA AMOR

Le comenté:
—Me entusiasman tus ojos.
Y ella dijo:
—¿Te gustan solos o con rimel?
—Grandes,
respondí sin dudar.
Y también sin dudar
me los dejó en un plato y se fue a tientas.







 Rostro de ojos grandes, 2015  Gouache sobre papel, 35x35 cm  Guillermo Martí Ceballos

sábado, 18 de agosto de 2018

Paul Éluard

La noche no es nunca completa

La noche no es nunca completa.
Hay siempre, ya que lo digo,
ya que lo afirmo,
al final de la desdicha
una ventana abierta,
una ventana iluminada.
Hay siempre un sueño que vela,
deseo que colmar,
hambre que calmar,
un corazón generoso,
una mano tendida,
una mano abierta,
ojos atentos,
una vida: la vida para compartir.







Paris cats at night, 1954. Photo by Robert Doisneau.

viernes, 17 de agosto de 2018

Roger Wolfe

Es tarde ya en la noche
Es tarde ya en la noche
y la playa está desierta.
Rompe el mar
sobre las rocas.
Un aire cálido,
espeso de salitre
y de recuerdos,
me baña la cabeza.
Cierro los ojos.
Inhalo.
Me dejo llevar.
Y luego pienso,
como casi siempre
que me pasan estas cosas,
en Proust.
Pero no he leído
a Proust.
Qué importa.
La vida es bella.
Quién necesita
a Proust.




 Resultado de imagen de marcel proust complete work

jueves, 16 de agosto de 2018

Fernando Pessoa

Me pierdo a veces en una imagen fútil de qué especie de gente seré para quienes me ven, cómo es mi voz, qué tipo de figura dejo escrita en la memoria involuntaria de los demás, de qué manera mis gestos, mis palabras, mi vida aparente, se graban en las retinas de la interpretación ajena. No he conseguido nunca verme desde fuera. No hay espejo que nos dé a nosotros mismos como fueras, porque no hay espejo que nos saque de nosotros mismos.


De Libro del desasosiego. 














 Tallulah Bankhead, 1932

martes, 14 de agosto de 2018

Verano,verano

La imagen puede contener: una persona, árbol, exterior, agua y naturaleza
Vivien Leigh
La imagen puede contener: una o varias personas, personas sentadas, océano, agua y primer plano
Sophia Loren&Jean Paul Belmondo
La imagen puede contener: una persona, de pie y exterior
Anita Eckberg
La imagen puede contener: 2 personas, personas sonriendo, personas sentadas, exterior y agua
Romy Schneider&Alain Delon
La imagen puede contener: una persona, sentada, agua y exterior
Claudia Cardinale
La imagen puede contener: 2 personas, personas sonriendo, personas de pie y exterior
Lauren Bacall&Humphrey Bogart
Audrey Hepburn
Audrey Hepburn
Sack trousers and leather jacket ~ Old Man Fancy.
Errol Flynn
Clark Gable
Clark Gable
Brigitte Bardot
Brigitte Bardot
Very Young Liz On A Boat
Elizabeth Taylor
Paul Newman
Paul Newman
Rita Hayworth
Ava Gardner
Grace Kelly
Richard Burton&Elizabeth Taylor
La imagen puede contener: una persona
Maureen O´Hara

domingo, 12 de agosto de 2018

Felipe Benítez Reyes

ROYAL CINEMA
Se hacía la oscuridad, y era el verano
entonces aún más denso: una mezcla
de fruta corrompida y mar caliente.

Pero era también, y sobre todo,
la imagen de jinetes que cruzaban
el oro degradado de un desierto,
o era un bajel en llamas,
con una media luna al fondo,
sobre un mar de artificio.

La noche de verano era una espesa
y macerada flor, y en ella había
piratas con pelucas empolvadas
y tipos con pistola, carruajes
tirados por caballos con penacho,
camino del castillo
de un vampiro galante, en Transilvania.

La noche lenta y honda del verano
eran estrellas rotas y fugaces,
un cielo de verbena, y allí estaban
los torvos pistoleros, los comanches,
el hombre de la máscara de plata
y las mujeres que expandían
un grávido perfume de pecado
por el aire sudado de la noche,
cuando se iluminaba la pantalla
y la fantasmagoría
iba tomando cuerpo en un corsario,
en un matón sombrío, en una rubia
platino que dejaba para siempre,
flotando para siempre en nuestros sueños,
un perfume vicioso de flores maceradas,
parecido al olor de los veranos.


De El equipaje abierto







 ARABIAN NIGHTS (1942) - Jon Hall - Maria Montez - Sabu - Produced by Walter Wanger - Universal Pictures - French movie poster.
 


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sábado, 11 de agosto de 2018

Quizás,quizás, quizás

TONINA SAPUTO Quizás, Quizás, Quizás

PINK MARTINI Quizás, Quizás, Quizás

 


CAKE  Perhaps, Perhaps ,Perhaps

jueves, 9 de agosto de 2018

Lao Tse


Llena tu cuenco hasta el borde
y acabará rebosando.
Afila de continuo el cuchillo
y lo hallarás romo.
Persigue el dinero y la seguridad,
y tu corazón jamás podrá liberarse.
Persigue la aprobación de la gente
y serás prisionero.

Haz tu tarea, después retírate.
He aquí la única senda hacia la serenidad.