EL ÁRBOL DE LA CIENCIA
Dicen, mi amor, que es imposible hacer
versos de amor feliz, de enamorado,
que sólo lo perdido o no alcanzado
se canta en la poesía, el padecer
olvido o el sufrimiento de volver
al recuerdo de todo lo pasado.
Unas veces la sed de lo vedado;
otras, el vino del amargo ayer.
No hagas caso, mi amor, habladurías.
Contigo todas mis melancolías
son ramas escarchadas en anís
donde se posa un pájaro de nieve.
Escúchale cantar tan hondo y breve.
Que no te engañe su plumaje gris.
De Acaso una verdad
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