“Se vive así, cobijado en un mundo delicado, y uno cree que vive.
Entonces lee un libro , o va de viaje y descubre que no vive, que está simplemente
hibernando. Los síntomas de la hibernación se pueden detectar
fácilmente. El primero es la inquietud. El segundo síntoma (que llega
cuando el estado de hibernación empieza a ser peligroso y podría
degenerar en muerte) es la ausencia de placer. Eso es todo. Parece una
enfermedad inocua. Monotonía, aburrimiento, muerte. Hay millones de
personas que viven (o mueren) así, sin saberlo. Trabajan en oficinas.
Tienen coches. Salen al campo con su familia. Educan a sus hijos. Hasta
que llega una brusca conmoción: una persona, un libro, una canción... y
los despierta, salvándoles de la muerte.”
De Diario I,1931-1934
No hay comentarios:
Publicar un comentario