viernes, 21 de agosto de 2015

Jorge Riechmann

Dejamos que se fueran cayendo

las casas de los padres

abandonamos los huertos



Ruinas de adobe aragonés

en los campos vacíos

ruinas de piedra castellana

en el páramo limpio

ruinas de sal y sueño. Perdimos

la dignidad de los pobres

sin ganar el aplomo de los ricos



Pensando que ascendíamos

nos dejamos caer

más abajo reabajo requeteabajo



Asfaltamos hasta las grietas del alma

pensando que llegábamos a alguna parte



Nos creíamos modernos desarrollados libres:

no éramos nada más que nuevos ricos

envilecidos un poco más cada día



La libertad sigue siendo proyecto

y echamos

     tanto de menos la fuerza de soñar.








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