El límite de lo inolvidable
Donde se cierra la espesura
de los castaños, los robles y el brezo
se abren los ojos del lobo.
Allí se cierra el bosque
y se abre la noche,
y se abre el firmamento,
los límites de lo invisible,
del no-ser.
¿O de un modo de ser siempre ignoto?
¿O acaso de ese ser
que un día nos hará vivir en plenitud
absoluta?
Donde se cierra la espesura
de los castaños, los robles y el brezo
se abren los ojos del lobo.
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