Sin esa tonta vanidad que es el mostrarnos y que es de todos y de todo, no veríamos nada y no existiría nada.
Un poco de ingenuidad nunca se aparta de mí. Y es ella la que me protege.
No hallé como quién ser, en ninguno. Y me quedé, así: como ninguno.
El hombre habla de todo, y habla de todo como si el conocimiento de todo estuviese todo en él.
Mucho de lo que he dejado de hacer en mí, sigue haciéndose en mí, solo.
El universo no constituye un orden total. Falta la adhesión del hombre.
De Voces
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