Sobre la conveniencia de aprender idiomas
Hoy me daba la gana ser feliz
ser yo sin más sospecha o raciocinio
que la verdad del cuerpo y lo que
tuviese que decir la lengua,
que lo dijera todo.
Que lo intentara, al menos, sin hacerse
ilusiones de heroísmo, aquella lengua
mía, melodramática,
de una castilla extraña, o castellana
del siglo veintiuno.
Hoy me daba la gana olvidar los vocablos,
su sonido y su espuma,
jugar con otras voces de estos tiempos
que laten por debajo,
para olvidármelo todo, hasta las medias
y, si fuera posible, la cabeza.
jueves, 4 de febrero de 2021
Amparo Arróspide
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