“Entonces llegas tú, con ojos, con miradas, contemplándome hasta quemar mi edad y mi historia. Me regresas, me trasladas al tiempo sin números, me zambulles en el mar de sangre y cielo. Yo duermo y oficio de contemplada. Mis ojos arrojan fuego verde por los párpados cerrados. Sonrío como un pájaro que muere en medio de su canto. Me deshago en tu mirada: en tus ojos hay la seguridad y el orden, hay la creación, hay la poesía , como una invocación a la lluvia. Habito tus ojos para guarecerme del frío y del peligro. En tus ojos hay las aventuras que siempre terminan con las manos entrelazadas. Llega a mí.“
De Diarios
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