sábado, 16 de marzo de 2019

Jane Kenyon

El pretendiente
Nos acostamos dándonos la espalda. Las cortinas
suben y bajan
como el pecho de alguien que duerme.
El viento mueve las hojas del viejo boj,
mostrando sus claros reversos
al dar la duelta todas a la vez
como un banco de peces.
De pronto, comprendo que soy feliz.
Durante meses este sentimiento
se ha estado acercando, ha permanecido
en breves visitas como un tímido pretendiente.





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The Suitor


We lie back to back. Curtains
lift and fall,
like the chest of someone sleeping. 
Wind moves the leaves of the box elder; 
they show their light undersides,
turning all at once
like a school of fish. 
Suddenly I understand that I am happy. 
For months this feeling 
has been coming closer, stopping
for short visits, like a timid suitor.

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