“No vemos dos veces el mismo cerezo ni la misma luna sobre la que
se recorta un pino. Todo momento es el último porque es único. Para el
viajero, esa percepción se agudiza debido a la ausencia de rutinas
engañosamente tranquilizadoras, propias del sedentario, que nos hacen
creer que la existencia va a seguir siendo como es por algún tiempo.”
De Una vuelta por mi cárcel.
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