Todo era siempre igual...
Todo era siempre igual: todas las noches llamaba el cartero, cada noche recogía Wilson las cartas, y cada noche había una carta para Miss Barrett. Pero esa noche la carta era diferente. Flush lo comprendió aun antes de ser abierto el sobre. Lo conoció por la manera como lo cogió Miss Barrett, por las vueltas que le dio, por cómo miro la escritura vigorosa y aguda en que venía su nombre. Lo supo por la indescriptible vibración de los dedos de su ama, por la impetuosidad con que éstos abrieron el sobre a su nombre.
De "Flush"
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