miércoles, 5 de febrero de 2025

Julia de Burgos

Yo misma fui mi ruta 


Yo misma fui mi ruta 

Yo quise ser como los hombres quisieron que yo fuese: 

un intento de vida; 

un juego al escondite con mi ser. 

Pero yo estaba hecha de presentes, 

y mis pies planos sobre la tierra promisora 

no resistían caminar hacia atrás, 

y seguían adelante, adelante, 

burlando las cenizas para alcanzar el beso 

de los senderos nuevos. 

A cada paso adelantado en mi ruta hacia el frente 

rasgaba mis espaldas el aleteo desesperado 

de los troncos viejos. 

Pero la rama estaba desprendida para siempre, 

y a cada nuevo azote la mirada mía 

se separaba más y más y más de los lejanos 

horizontes aprendidos; 

y mi rostro iba tomando la expresión que le venía de adentro, 

la expresión definida que asomaba un sentimiento 

de liberación íntima; 

un sentimiento que surgía 

del equilibrio sostenido entre mi vida 

y la verdad del beso de los senderos nuevos. 

Ya definido mi rumbo en el presente, 

me sentí brote de todos los suelos de la tierra, 

de los suelos sin historia, 

de los suelos sin porvenir, 

del suelo siempre suelo sin orillas 

de todos los hombres y de todas las épocas. 

Y fui toda en mí como fue en mí la vida... 

Yo quise ser como los hombres quisieron que yo fuese: 

un intento de vida; 

un juego al escondite con mi ser. 

Pero yo estaba hecha de presentes; 

cuando ya los heraldos me anunciaban 

en el regio desfile de los troncos viejos, 

se me torció el deseo de seguir a los hombres, 

y el homenaje se quedó esperándome. 

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