HA LLEGADO UNA ESCUADRA
Ha llegado una escuadra; anochecido
buscó refugio al sur de la bocana
y a la ciudad entera ha sorprendido
surta en el puerto, esta mañana.
Seis unidades de combate forman
la división, y sus guerreras trazas
sobre el ambiente mate se uniforman
con el esmalte gris de sus corazas.
Por toda la ciudad ha trascendido
la noticia, y el ánimo despierto
por toda la ciudad se vio invadido
en su afán de novedad el puerto.
¡Hélos allí! con sus recién pintadas
carenas y sus fúlgidos metales
torreados de cofas artilladas
graves de orgullo y de vigor navales
Y acusan sus severas proporciones
en son de paz, una agresión latente...
desde las explanadas y espigones
los curiosea, a su sabor, la gente.
Más lejos, los de tipo acorazado,
ya en bahía, las fuerzas de crucero;
y junto al farallón, pulimentado,
como un juguete lindo, un torpedero.
Breza por las cubiertas e imbornales
en fagina, la tropa marinera
y pasan los imberbes oficiales
con los gemelos a la bandolera.
Y presumen la premura diligente
conque ejecuta el atinado coro
las órdenes que mandan desde el puente
los comandantes de silbato de oro.
Todo está listo. Cesa el ajetreo.
Los artilleros guardan avizores.
¡Todo es prestigio, precisión y aseo
bajo los emblemáticos colores!
Y en tanto que las nubes se serenan
y la mañana perezosa avanza;
a intervalos iguales, lentos, truenan
los veintiún cañonazos de ordenanza.