Cuando veo mi imagen reflejada
en la luna impasible del espejo,
siento como me duele su reflejo
tan fiel a mi verdad enajenada.
Esta forma que late y se rebela,
un tiempo fue de amor y fue de vida;
y aún hoy, que huellas saben de su huida,
queda una voz para su luz en vela.
Pero un día vendrá el irremediable
que a este espejo me asome, ya acabada.
Y la raíz de fuego insobornable
que crece en mi interior, aún no saciada,
conmoverá la cárcel indomable
con su llanto de ruina abandonada.
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