LA EPOPEYA DE GILGAMESH
La tablilla sobre el diluvio , escrita en acadio.(2000-25oo a.c.) |
Gilgamesh mata al Toro del Cielo ,relieve votivo de terracota neo-sumerio (c. 2250-1900 a. C.) |
LA EPOPEYA DE GILGAMESH
La tablilla sobre el diluvio , escrita en acadio.(2000-25oo a.c.) |
Gilgamesh mata al Toro del Cielo ,relieve votivo de terracota neo-sumerio (c. 2250-1900 a. C.) |
Cuando los individuos se enfrentan con el mundo con tanto valor, el mundo sólo los puede doblegar matándolos. Y, naturalmente, los mata. El mundo quiebra a los individuos, y, en la mayoría, se les forma cal en el lugar de la fractura; pero a los que no quieren dejarse doblegar entonces, a estos, el mundo los mata. Mata indistintamente a los muy buenos y a los muy dulces, y a los muy valientes.
William Butler Yeats, poeta irlandés |
Versos escritos en el abatimiento
Cuando vi por última vez
los redondos ojos verdes y los largos cuerpos sinuosos
de los negros leopardos de la luna,
las brujas hurañas, señoras nobilísimas,
con todo y sus escobas y sus lágrimas,
sus coléricas lágrimas, se fueron.
Se perdieron los sacros centauros de los montes;
sólo me queda el amargado sol.
La heroica madre luna se perdió en el destierro;
tengo cincuenta años, y ahora
he de sufrir la timidez del sol.
Tu voz
Tu voz por el teléfono tan cerca
y nosotros tan distantes,
tu voz, amor, al otro lado de la línea
y yo aquí solo, sin ti, al otro lado de la luna,
tu voz por el teléfono tan cerca,
apaciguándome, y
tan lejos tú de mí, tan lejos,
Tu voz que repasa las tareas conjuntas,
o que menciona un número mágico,
que por encima de la alharaca del mundo
me habla para decir en lenguaje cifrado
que me amas.
Tu voz aquí, a lo lejos,
que le da sentido a todo,
tu voz que es la música de mi alma,
tu voz, sonido del agua,
conjuro, encantamiento.
de Poemas de amor
Emily Dickinson |
POEMA PARA EMILY DICKINSON
Alejandra Pizarnik |
¡Si yo no pido tanto!
¡Si yo no pido tanto!
Amor es lo que pido.
Briznas de amor para esta sed del mundo,
tan grande y tan sumisa.
Un diminuto amor, pero constante,
que dé su mano al que su mano tienda,
que limpie las miradas y los ojos
llene de dulcedumbre.
Algo de amor en esos corazones
que no aman a los niños,
son capaces de cegar a un pájaro,
de aplastar las hormigas.
Algo de amor; apenas un murmullo
de amor en cada pecho de criatura
hacia todos los seres, hacia todas las cosas.
¡Si yo no pido tanto!
Briznas de amor para esta sed del mundo.
Ana Inés Bonnín , poeta puertorriqueña |
CANCIÓN DEL DEMASIADO AMOR
Quiero llorar porque te amé demasiado,
quiero morir porque me diste la vida,
ay, amor mío, ¿será que nunca he de tener paz?
Será que todo lo que hay en mí
sólo quiere decir saudade…
Y ya ni sé lo que va a ser de mí,
todo me dice que amar será mi fin…
Qué desespero trae el amor,
yo que no sabía lo que era el amor,
ahora lo sé porque no soy feliz.
Canção do Amor Demais
Quero chorar porque te amei demais
Quero morrer porque me deste a vida
Oh, meu amor, será que nunca hei de ter paz
Será que tudo que há em mim
Só quer sentir saudade
E já nem sei o que vai ser de mim
Tudo me diz que amar será meu fim
Que desespero traz o amor!
Eu nem sabia o que era o amor
Agora sei porque não sou feliz
Soneto XCII
Amor mío, si muero y tú no mueres,
no demos al dolor más territorio:
amor mío, si mueres y no muero,
no hay extensión como la que vivimos.
Polvo en el trigo, arena en las arenas
el tiempo, el agua errante, el viento vago
nos llevó como grano navegante.
Pudimos no encontrarnos en el tiempo.
Esta pradera en que nos encontramos,
oh pequeño infinito! devolvemos.
Pero este amor, amor, no ha terminado,
y así como no tuvo nacimiento
no tiene muerte, es como un largo río,
sólo cambia de tierras y de labios.
De Cien sonetos de amor
Idilio en el café
Ahora me pregunto si es que toda la vida
hemos estado aquí. Pongo, ahora mismo,
la mano ante los ojos —qué latido
de la sangre en los párpados— y el vello
inmenso se confunde, silencioso,
a la mirada. Pesan las pestañas.
No sé bien de qué hablo. ¿Quiénes son,
rostros vagos nadando como en un agua pálida,
éstos aquí sentados, con ojos vivientes?
La tarde nos empuja a ciertos bares
o entre cansados hombres en pijama.
Ven. Salgamos fuera. La noche. Queda espacio
arriba, más arriba, mucho más que las luces
que iluminan a ráfagas tus ojos agrandados.
Queda también silencio entre nosotros,
silencio
y este beso igual que un largo túnel.
que he podido.”
Contra la llama, sólo la llama.
Contra el agua, la flor del arrayán.
Bajo los artesones constelados
pronunciaste mi nombre.
Repítelo. «Todo está mal.» Repítelo.
«Es malo todo.» Repite tú mi nombre.
Contra mi llama, sólo tu llama.
Se debate el amor, crepita, rasga, esquiva,
muerde, se encrespa
lo mismo que un cachorro
del que ignoramos si juega o nos devora.
Tu voz me da la fuerza
contra la fuerza. Nómbrame y viviremos.
Necesaria es la muerte;
necesarios, los dioses despreciables.
Pero si tú me nombras…
Ah, si tú me nombraras…
Jesús Lizano , poeta español |