La poesía no da para vivir.
Lo dicen todos: Orihuela, Oliveiro,
profesores, vecinos y mecánicos.
La poesía no da para vivir. Repiten.
Yo me río: tampoco da la vida
para muchos poemas, y sin embargo
aquí estamos. Ya lo ves.
Tan vivos. Tan en cueros.
Tan carne de poema.
Tan palabra en los huesos.
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