Hablabas de unas cosas que ellos no veían
y se burlaban.
Remar aguas arriba sin embargo
por el oscuro río;
ir a ciegas, tenaz,
por la escondida senda
y escudriñar palabras enraizadas
como el añoso olivo-
déjalos que se burlen.
Y anhelar que también el otro mundo habite
en la asfixiante soledad del hoy
en el presente aniquilado-
déjalos.
El rocío del alba y la brisa del mar
existen sin que nadie se lo pida.
De Tres poemas secretos.
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