Felicidad
Pedí a los profesores
que enseñan el sentido de la vida
que me dijeran qué es la felicidad.
Fui a ver a los afamados ejecutivos
que comandan el trabajo
de miles de hombres.
Todos menearon la cabeza y me sonrieron
como si yo tratase de engatusarlos.
Y un domingo por la tarde
fui a pasear por la orilla del río Desplaines.
Y vi a un grupo de húngaros bajo los árboles,
con sus mujeres y sus hijos,
un barril de cerveza
y un acordeón
que enseñan el sentido de la vida
que me dijeran qué es la felicidad.
Fui a ver a los afamados ejecutivos
que comandan el trabajo
de miles de hombres.
Todos menearon la cabeza y me sonrieron
como si yo tratase de engatusarlos.
Y un domingo por la tarde
fui a pasear por la orilla del río Desplaines.
Y vi a un grupo de húngaros bajo los árboles,
con sus mujeres y sus hijos,
un barril de cerveza
y un acordeón
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