Te he sacado de aquella foto
donde vivías prisionera
y te he traído hasta mi casa.
Cuánta inocencia impronunciable
se dibujaba en tu sonrisa.
Cuánta luz de misterio antiguo
fundías soles a tu paso
mientras iba reconociéndote
en los espejos hecho trizas,
en la ropas hechas jirones.
Te he raptado de aquella imagen
donde vivías fragmentada
en pedacitos de martirio,
y te he traído hasta las ruinas
que algún día fueron mi casa,
a las grietas de mis paredes
a los restos de mi naufragio.
De Por las calles del tiempo
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