Tu corazón, cerrado por reformas,
vagando va en la música,
sin querer contestarme.
Forajido de siempre no resiste
convivir bajo el reino
metal de las palabras.
La mirada que trajo conocía
ese dolor errante
de los barcos nocturnos.
Se convirtió en testigo por decirme
las dudas de mis ojos
y la canción que esconden.
Es silencio, silencio sin embargo,
vacío encadenado
al rayo de la luna.
¿Qué camino sin cruces, sin kilómetros,
sabrá llevarme a él?
¿Dónde puedo encontrarlo?
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