Mi padre sale todas las mañanas
cuando todavía duermo.
Va a la fábrica.
Allí se reúne con muchos hombres
y trabaja.
Trabaja todo el día.
Comen en la misma fábrica.
Al comenzar el trabajo
una sirena llama
a los obreros,
y al terminar la jornada
vuelve a llamar para que dejen el trabajo
y recobren las fuerzas (hay que volver a emplearlas…).
Entonces, mi padre
vuelve a casa
y cenamos juntos. Está muy cansado
y se va pronto a la cama.
Buenas noches, me dice, y me da un beso.
En la fábrica
se viste con un mono
y acude a su máquina
majestuosamente.
A veces, habla.
Su pelo se vuelve blanco,
todas las cosas se vuelven blancas.
Ha dicho que cuando yo sea un hombre
me explicará que es una fábrica.
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