DÉJATE Déjate seducir por sus mordiscos, siente en tu piel los pétalos de rosa que saben ser sus labios cuando quiere Escucha su llamada y sus silencio, entrégate a sus gestos o a su ausencia de gestos, y derrítete si puedes, sin pudor, sin reparos ni vergüenza, ante su invitación o ante la tuya. Quema las normas de comportamiento, despedaza la buena educación, destroza las costumbres, rehabilita por una noche al menos la locura. Y un último detalle imprescindible para que todo salga en condiciones: procura que no sea tu marido. |
jueves, 19 de mayo de 2016
Amalia Bautista
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