A las ocho de la tarde
todos los domingos
se empapela esta ciudad
con fotos de mi cara.
WANTED
Hordas de sheriffs
y cazarrecompensas
me buscan
por los bares
por las calles.
Nadie los ve
pero yo oigo
sus tiros al aire
los cascos
de sus monturas.
Mis horas están contadas.
A las ocho de la mañana
cada lunes
no puedo más
y me entrego.
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