En busca de Samarkanda
domingo, 21 de septiembre de 2014
Eugénio de Andrade
LA SONRISA
Creo que fue la sonrisa,
la sonrisa fue quien abrió la puerta.
Era una sonrisa con mucha luz
allá dentro, apetecía
entrar en ella, quitarse la ropa, quedarse
desnudo dentro de aquella sonrisa.
Correr, navegar, morir en aquella sonrisa.
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