Armar tu vida
Armar tu vida.
Irla haciendo como rompe-cabezas.
Conjurar el futuro.
Construir la esperanza.
Aunque a veces te sintás marchita, cerrada, envuelta en noche amarga, punzante tu centro, sabés que siempre habrá sol para revivirte, zarandearte, para que levantés la cabeza y volvás a sonreir, a estar, con esa fuerza vital que te asemeja a malinche o al cortés, cuando secos y mustios persisten, en la certeza vegetal de que habrá de llegar el día en que despertarán florecidos, vibrantes, llenando el campo con sus llamaradas naranjas, amarillas, cuando pase el tiempo de las vainas y de las ramas secas.
Armar tu vida.
Irla haciendo como rompe-cabezas.
Conjurar el futuro.
Construir la esperanza.
Aunque a veces te sintás marchita, cerrada, envuelta en noche amarga, punzante tu centro, sabés que siempre habrá sol para revivirte, zarandearte, para que levantés la cabeza y volvás a sonreir, a estar, con esa fuerza vital que te asemeja a malinche o al cortés, cuando secos y mustios persisten, en la certeza vegetal de que habrá de llegar el día en que despertarán florecidos, vibrantes, llenando el campo con sus llamaradas naranjas, amarillas, cuando pase el tiempo de las vainas y de las ramas secas.
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