IX (La piedra)
La mujer coge el fruto.
El hombre coge el fruto.
Curten, hombre y mujer, las pieles
y se asustan los dos con las tormentas.
En las noches de estío
reposan bajo el cielo raso
y se preguntan por qué no les es dado
habitar en el domo que los cubre,
por qué ese miedo al sol y a los relámpagos.
Por qué su amor al árbol y a la lluvia.
Ignoran que están hechos
a imagen y semejanza de la tierra.
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