viernes, 22 de junio de 2018

Jane Kenyon

QUE VENGA LA NOCHE
Deja que la luz del atardecer
brille por las grietas del establo, que ascienda
por los fardos de heno a medida que el sol baja.

Deja que el grillo comience su rasgueo
igual que una mujer sus labores de aguja
y estambre. Deja que venga la noche.

Deja que el rocío se acumule en la azada abandonada
en la hierba crecida. Que aparezcan las estrellas
y la luna descubra su cuerno de plata.

Deja que el zorro retorne a su guarida arenosa.
Que el viento amaine. Que que el cobertizo se oscurezca.

Deja que caiga la noche.

A la botella en la zanja, a la pala
en la avena, al aire en el pulmón,
que venga la noche.

Deja que venga como sea, y no
temas. Dios no nos deja
sin consuelo, deja que venga la noche.





Let Evening Come 
read by Jane Kenyon









Let Evening Come

Let the light of late afternoon
shine through chinks in the barn, moving   
up the bales as the sun moves down.

Let the cricket take up chafing   
as a woman takes up her needles   
and her yarn. Let evening come.

Let dew collect on the hoe abandoned   
in long grass. Let the stars appear
and the moon disclose her silver horn.

Let the fox go back to its sandy den.   
Let the wind die down. Let the shed   
go black inside. Let evening come.

To the bottle in the ditch, to the scoop   
in the oats, to air in the lung   
let evening come.

Let it come, as it will, and don’t   
be afraid. God does not leave us   
comfortless, so let evening come.

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