lunes, 11 de septiembre de 2017

Eduardo Galeano


...Si un libro se puede leer impunemente, no vale la pena tomarse el trabajo. Cuando los libros están de veras vivos, respiran; y uno se los pone al oído y les siente la respiración y sus palabras son contagiosas, peligrosamente, cariñosamente contagiosas…










Bookmobile in Virginia, 1950's

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