La construcción de un sueño
Siempre hay tiempo para un sueño.
Siempre es tiempo de dejarse llevar por una
pasión que nos
arrastre hacia el deseo.
Siempre es posible encontrar la fuerza
necesaria para alzar el
vuelo y dirigirse hacia
lo alto.
Y es allí, y solo allí, en la altura, donde
podemos desplegar
nuestras alas en toda su
extensión.
Solo allí, en lo más alto de nosotros mismos,
en lo más profundo
de nuestras inquietudes,
podremos separar los brazos, y volar.
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