HAPPY BIRHTDAY , MISS WOODWARD
THE THREE FACES OF EVE /LAS TRES CARAS DE EVA
Psique con la linterna
El amor, que es el misterio más difícil,
busca de cada joven una respuesta
y más de los más ardientes y más hermosos —
El amor es un pájaro en un puño:
atraparlo lo esconde, mirarlo es dejarlo ir.
Girará desatado si levantas demasiado un dedo.
Se quedará si lo cubres —se quedará, mas ignoto e invisible.
Guárdalo para siempre con el puño cerrado
o déjalo volar
cantando en fervor de sol y en la canción desvanecido.
No hay respuesta otra para este misterio.
2.
And this is another poem for a woman
cleaning the floor
who cannot hear at all.
Let us have a moment of silence
for a woman who cleans the floor.
3.
And here is one more poem
for the woman at home
with children.
You never see her at night.
Stare at an empty place and imagine her there,
the woman with children
because she cannot be here to speak
for herself,
and listen
to what you think
she might say.
1.
DENTRO DE CADA POEMA
Dentro de cada poema
brilla una lamparita
En el espacio y en el tiempo
en el mar y en la tierra
en el hombre y el animal
en todo lo creado
por la Naturaleza y por la mano del hombre
hay un poema
que brilla como una lámpara
Si buscas con detención
quizás descubras también una lámpara
dentro de tu oscuridad más profunda.
La fuente de piedra, 1954. Traducción de Justo Jorge Padrón
Maria Wine , poeta sueca |
Para mí,
No hay otro sol más que tu amor.
Aunque no sepa dónde estás, ni con quién.
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Vladímir Mayakovski y Lilia Brik |
ALAS A TI YO TE HE DADO, CON ELLAS EL MAR INFINITO…
Alas a ti yo te he dado, con ellas el mar infinito
y toda la tierra en un vuelo podrás recorrer
sin fatigas. En todo banquete y festejo presente
te hallarás, albergado en las bocas de muchos.
Y al son de las flautas de tonos agudos los jóvenes
en rondas de amor, con bellas y suaves tonadas
te citarán. Y cuando a las cavernas de la oscura tierra
desciendas, a las lamentables mansiones del Hades,
ni siquiera entonces, muriendo, te ha de faltar tu gloria,
sino que conservarás entre la gente tu nombre inmortal,
Cirno, y vas a viajar por la tierra de Grecia y las islas,
y a cruzar la incansable alta mar habitada por peces,
sin montarte a lomos de caballos, pues van a llevarte
los espléndidos dones de las Musas de trenzas violeta.
Y para todos aquellos, incluso del mañana, que aprecien el canto,
tú vivirás por igual, en tanto existan la tierra y el sol.
Y, sin embargo, de ti yo no recibo ni un poco de aprecio,
sino que, como a un niño pequeño, me engañas con cuentos.
(Traducción de Carlos García Gual)
Ella se siente a veces
como cosa olvidada
en el rincón oscuro de la casa
como fruto devorado adentro
por los pájaros rapaces,
como sombra sin rostro y sin peso.
Su presencia es apenas
vibración leve
en el aire inmóvil.
Siente que la traspasan las miradas
y que se vuelve niebla
entre los torpes brazos
que intentan circundarla.
Quisiera ser siquiera
una naranja jugosa
en la mano de un niño
-no corteza vacía-
una imagen que brilla en el espejo
-no sombra que se esfuma-
y una voz clara
-no pesado silencio-
alguna vez escuchada.
Alargaba la mano y te tocaba
Alargaba la mano y te tocaba.
Te tocaba: rozaba tu frontera,
el suave sitio donde tú terminas,
sólo míos el aire y mi ternura.
Tú moras en lugares indecibles,
indescifrable mar, lejana luz
que no puede apresarse.
Te me escapabas, de cristal y aroma,
por el aire, que entraba y que salía,
dueño de ti por dentro. Y yo quedaba fuera,
en el dintel de siempre, prisionero
de la celda exterior.
La libertad
hubiera sido herir tu pensamiento,
trasponer el umbral de tu mirada,
ser tú, ser tú de otra manera. Abrirte,
como una flor, la infancia , y aspirar
su esencia y devorarla. Hacer
comunes humo y piedra. Revocar
el mandato de ser. Entrar. Entrarnos
uno en el otro. Trasponer los últimos
límites. Reunirnos…..
Alargaba la mano y te tocaba.
Tú mirabas la luz y la gavilla.
Eras luz y gavilla, plenitud
en ti misma, rotunda como el mundo.
Caricias no valían, ni cuchillos,
ni cálidas mareas. Tú, allí, a solas,
sonriente, apartada, eterna tú.
Y yo, eterno, apartado, sonriente,
remitiéndote pactos inservibles,
alianzas de cera.
Todo estuvo de nuestra parte, pero
cuál era nuestra parte, el punto
de coincidencia, el tacto
que pudo ser llamado sólo nuestro.
Una voz, en la calle, llama y otra
le responde. Dos manos se entrelazan.
Uno en otro, los labios se acomodan;
los cuerpos se acomodan. Abril, clásico,
se abate, emperador de los encuentros.
¿Esto era amor? La soledad no sabe
qué responder: persiste, tiembla, anhela
destruirse. Impaciente
se derrama en las manos ofrecidas.
Una voz en la calle….Cuánto olor,
cuánto escenario para nada. Miro
tus ojos. Yo miro los ojos tuyos;
tú, los míos: ¿esto se llama amor?
Permanecemos. Sí, permanecemos
no indiferentes, pero diferentes. Somos
tú y yo: los dos, desde la orilla
de la corriente, solos, desvalidos,
la piel alzada como un muro, solos
tú y yo, sin fuerza ya, sin esperanza.
Idénticos en todo,
sólo en amor distintos.
La tristeza, sedosa, nos envuelve
como una niebla: ése es el lazo único;
ésa la patria en que nos encontramos.
Por fin te identifico con mis huesos
en el candor de la desesperanza.
Aquí estamos nosotros: desvaídos
los dos, borrados, más difíciles,
a punto de no ser….¿Amor es esto?
¿Acaso amor es esta no existencia
de tanto ser? ¿Es este desvivirse
por vivir? Ya desangrado
de mí, ya inmóvil en ti, ya
alterado, el recuerdo se reanuda.
Se reanuda la inútil existencia….
Y alargaba la mano y te tocaba.
AENEIS
Arma virumque cano, Troiae qui primus ab oris
Italiam fato profugus Laviniaque venit
litora, multum ille et terris iactatus et alto
vi superum, saevae memorem Iunonis ob iram,
multa quoque et bello passus, dum conderet urbem
inferretque deos latio; genus unde Latinum
Albanique patres atque altae moenia Romae.
Musa, mihi causas memora, quo numine laeso
quidve dolens regina deum tot volvere casus
insignem pietate virum, tot adire labores
impulerit. Tantaene animis caelestibus irae?
![]() |
Eneas describe a Dido la caída de Troya Pierre-Narcisse Guérin |
LA ENEIDA
Canto las hazañas y al héroe que, huyendo por imposición del destino, fue el primero en llegar desde las costas de Troya a Italia y a las riberas de Lavinio. Lanzado durante mucho tiempo por tierras y mar por la violencia de los dioses del Olimpo a causa de la cólera siempre viva de la cruel Juno, fue víctima también de numerosos sufrimientos en la guerra, hasta poder llegar a fundar una ciudad e introducir sus dioses en el Lacio. De allí nacieron la raza latina, los padres de Alba y los muros de la altiva Roma.
Musa, recuérdame las causas: por qué ofensa a su divinidad, o por qué motivo de dolor, la reina de los dioses empujó a un héroe que se distinguía por su piedad a sufrir tantas desventuras y a afrontar tantos sufrimientos. ¿De tan profundo rencor están poseídos los espíritus de los dioses celestes?
El vino de los amantes.
¡Hoy es espléndido el espacio!
Sin freno, ni espuelas, ni brida,
Partamos a lomos del vino
Hacia un cielo mágico y divino.
Como dos ángeles torturados
Por un implacable placer
En el cristal azul del amanecer
Sigamos tras el espejismo.
Balanceándonos sobre el filo
Del torbellino inteligente,
En un delirio paralelo,
Hermana, navegando juntos,
Huiremos sin tregua o reposo
Al paraíso de mis sueños
HAPPY BIRTHDAY , MISS NOVAK
Fe de erratas
Te mentí, vida mía. Donde dije
"te quiero", pon "te quiero con locura".
Donde dije "me muero por tus huesos",
quise decir "me muero por tu carne".
Donde dije "lo nuestro es para siempre",
debí decir "lo nuestro es donde nunca",
en un mundo en que no mueren las rosas,
en un mundo de fe, libre de erratas.
Estabas desleída en la dulzura
Estabas desleída en la dulzura
de los secretos jugos de tu cuerpo
y te llevaba el agua
como a una larga cabellera verde
engendrada en los limas
obstinados del fondo.
Era tu forma ese deshacimiento.
Brotar.
Fluir.
Abandonarse.
Bajaba el aire hasta los límites
perfectos de tu piel.
Blancura.
Y ya oblicuo, el poniente la encendía
para nacer de ti aquella tarde
de qué lugar, qué tiempo, qué memoria.
Forastero, descansa tu dolorido cuerpo debajo de estas
[frescas rocas
donde los vientos murmuran a través de jóvenes hojas
[verdes
Bebe el agua fría de la fuente - recibe alivio,
un breve respiro
para los viajeros en el insoportable calor.
![]() |
Ánite , 300 a.C. |
Meditación en el umbral
No, no es la solución
tirarse bajo un tren como la Ana de Tolstoi
ni apurar el arsénico de Madame Bovary
ni aguardar en los páramos de Ávila la visita
del ángel con venablo
antes de liarse el manto a la cabeza
y comenzar a actuar.
Ni concluir las leyes geométricas, contando
las vigas de la celda de castigo
como lo hizo Sor Juana. No es la solución
escribir, mientras llegan las visitas,
en la sala de estar de la familia Austen
ni encerrarse en el ático
de alguna residencia de la Nueva Inglaterra
y soñar, con la Biblia de los Dickinson,
debajo de una almohada de soltera.
Debe haber otro modo que no se llame Safo
ni Mesalina ni María Egipciaca
ni Magdalena ni Clemencia Isaura.
Otro modo de ser humano y libre.
Otro modo de ser.
Protesta a Zeus por su injusticia
Querido Zeus, asombrado me tienes. Pues tú a todos
gobiernas con gloria y enorme poder personal.
Bien conoces la mente y el ánimo de uno y otro hombre,
tuyo es el dominio supremo de todas las cosas, oh rey.
¿Cómo, entonces, oh Crónida, decide tu mente otorgar
un mismo destino a los hombres malvados y al justo,
tanto si el ánimo humano se goza en lo recto, o bien
al exceso se da, cumpliendo los hombres injustas acciones?
Nada ha dejado el destino prescrito a los hombres,
ni siquiera un camino a seguir que agradara a los dioses.
No obstante, unos tienen fortuna sin mengua, y otros,
que de acciones malignas apartan su mente, reciben a cambio
pobreza, que es madre de ahogo -por más que practican lo justo-,
y ésta arrastra el ánimo humano al error, y corrompe
en el pecho el pensar bajo el yugo de su ruda violencia,
y a soportar le acostumbra, a su pesar, numerosos ultrajes,
cediendo a la miseria, que es maestra en muchas desdichas,
en mentiras y fraudes y muy lastimosas discordias,
incluso para aquel que se niega. Ya nada encuentra mal.
Porque engendra pobreza esa amarga y dura impotencia.
MITO
Mucho tiempo después, Edipo, viejo y ciego,
iba por los caminos.
Percibió un olor familiar. Era
la Esfinge. Edipo le habló:
―Quiero hacerte una pregunta. ¿Por qué no reconocí
a mi madre?
―Diste la respuesta incorrecta, respondió la Esfinge.
―Era la única respuesta acertada, -contestó Edipo-.
―No, repuso ella. -Cuando te pregunté
qué es lo que camina en cuatro
patas por la mañana, dos al mediodía
y tres al ocaso, contestaste el Hombre. No dijiste nada
de la Mujer.
―Cuando se dice Hombre, contestó Edipo, ―está incluida
la Mujer. Todos lo saben.
La Esfinge repuso: ―Eso es
lo que tú te crees.
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La Esfinge y Edipo de François Xavier Fabre |
MYTH
Long afterward, Oedipus, old and blinded, walked the
roads. He smelled a familiar smell. It was
the Sphinx. Oedipus said, ‘I want to ask one question.
Why didn’t I recognize my mother?’ ‘You gave the
wrong answer,’ said the Sphinx. ‘But that was what
made everything possible,’ said Oedipus. ‘No,’ she said.
‘When I asked, What walks on four legs in the morning,
two at noon, and three in the evening, you answered,
Man. You didn’t say anything about woman.’
‘When you say Man,’ said Oedipus, ‘you include women
too. Everyone knows that.’ She said, ‘That’s what
you think.’
Yo misma fui mi ruta
Yo misma fui mi ruta
Yo quise ser como los hombres quisieron que yo fuese:
un intento de vida;
un juego al escondite con mi ser.
Pero yo estaba hecha de presentes,
y mis pies planos sobre la tierra promisora
no resistían caminar hacia atrás,
y seguían adelante, adelante,
burlando las cenizas para alcanzar el beso
de los senderos nuevos.
A cada paso adelantado en mi ruta hacia el frente
rasgaba mis espaldas el aleteo desesperado
de los troncos viejos.
Pero la rama estaba desprendida para siempre,
y a cada nuevo azote la mirada mía
se separaba más y más y más de los lejanos
horizontes aprendidos;
y mi rostro iba tomando la expresión que le venía de adentro,
la expresión definida que asomaba un sentimiento
de liberación íntima;
un sentimiento que surgía
del equilibrio sostenido entre mi vida
y la verdad del beso de los senderos nuevos.
Ya definido mi rumbo en el presente,
me sentí brote de todos los suelos de la tierra,
de los suelos sin historia,
de los suelos sin porvenir,
del suelo siempre suelo sin orillas
de todos los hombres y de todas las épocas.
Y fui toda en mí como fue en mí la vida...
Yo quise ser como los hombres quisieron que yo fuese:
un intento de vida;
un juego al escondite con mi ser.
Pero yo estaba hecha de presentes;
cuando ya los heraldos me anunciaban
en el regio desfile de los troncos viejos,
se me torció el deseo de seguir a los hombres,
y el homenaje se quedó esperándome.
Propietarios
Porque no poseemos nada,
ni siquiera la vaga sombra de futuro
que a nuestra infancia responsable pervertía.
Porque no somos dueños de nada,
ni aun del propio dolor
que con asombro hemos mirado tantas veces.
Porque, sin duda, tener no es lo nuestro,
y sí soñar desesperadamente
que todo lo tenemos al borde de la mano,
de esta tozuda mano que nos nombra
con más rigor que un apellido.
Dueños de desearlo todo: qué tristeza.
Dueños del miedo, el polvo, el humo, el viento.
Por supuesto que te haré daño. Por supuesto que me harás daño. Por supuesto que nos haremos daño el uno al otro. Pero esta es la condición misma de la existencia. Para llegar a ser primavera, significa aceptar el riesgo de invierno. Para llegar a ser presencia, significa aceptar el riesgo de la ausencia.
El Principito Antoine de Saint-Exupéry