Sus rojos cabellos huelen a océano.
Sus rojos cabellos huelen a océano.
Declinando el sol se refleja en la arena inerte.
La noche se tiende sobre su lecho lujoso
Mientras tanto una mujer jadeante temblorosa
Acoge entre sus piernas dobladas
Los besos postreros de un sol moribundo.
Te gusta dormir en nuestra cama revuelta
Nuestros viejos sudores no te disgustan.
Nuestras sábanas manchadas por sueños olvidados
Nuestros gritos resonando en la habitación oscura
Todo ello excita tu famélico cuerpo.
Al fin tu feo rostro se ilumina
Pues nuestros viejos deseos son tus sueños de mañana.
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