martes, 31 de octubre de 2017

Edgar Allan Poe

el cuervo

Una vez, al filo de una lúgubre media noche,
mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,
inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,
cabeceando, casi dormido,
oyóse de súbito un leve golpe,
como si suavemente tocaran,
tocaran a la puerta de mi cuarto.
“Es —dije musitando— un visitante
tocando quedo a la puerta de mi cuarto.
Eso es todo, y nada más.”

¡Ah! aquel lúcido recuerdo
de un gélido diciembre;
espectros de brasas moribundas
reflejadas en el suelo;
angustia del deseo del nuevo día;
en vano encareciendo a mis libros
dieran tregua a mi dolor.
Dolor por la pérdida de Leonora, la única,
virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada.
Aquí ya sin nombre, para siempre.

Y el crujir triste, vago, escalofriante
de la seda de las cortinas rojas
llenábame de fantásticos terrores
jamás antes sentidos.  Y ahora aquí, en pie,
acallando el latido de mi corazón,
vuelvo a repetir:
“Es un visitante a la puerta de mi cuarto
queriendo entrar. Algún visitante
que a deshora a mi cuarto quiere entrar.
Eso es todo, y nada más.”

Ahora, mi ánimo cobraba bríos,
y ya sin titubeos:
“Señor —dije— o señora, en verdad vuestro perdón
imploro,
mas el caso es que, adormilado
cuando vinisteis a tocar quedamente,
tan quedo vinisteis a llamar,
a llamar a la puerta de mi cuarto,
que apenas pude creer que os oía.”
Y entonces abrí de par en par la puerta:
Oscuridad, y nada más.

Escrutando hondo en aquella negrura
permanecí largo rato, atónito, temeroso,
dudando, soñando sueños que ningún mortal
se haya atrevido jamás a soñar.
Mas en el silencio insondable la quietud callaba,
y la única palabra ahí proferida
era el balbuceo de un nombre: “¿Leonora?”
Lo pronuncié en un susurro, y el eco
lo devolvió en un murmullo: “¡Leonora!”
Apenas esto fue, y nada más.

Vuelto a mi cuarto, mi alma toda,
toda mi alma abrasándose dentro de mí,
no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza.
“Ciertamente —me dije—, ciertamente
algo sucede en la reja de mi ventana.
Dejad, pues, que vea lo que sucede allí,
y así penetrar pueda en el misterio.
Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio,
y así penetrar pueda en el misterio.”
¡Es el viento, y nada más!

De un golpe abrí la puerta,
y con suave batir de alas, entró
un majestuoso cuervo
de los santos días idos.
Sin asomos de reverencia,
ni un instante quedo;
y con aires de gran señor o de gran dama
fue a posarse en el busto de Palas,
sobre el dintel de mi puerta.
Posado, inmóvil, y nada más.

Entonces, este pájaro de ébano
cambió mis tristes fantasías en una sonrisa
con el grave y severo decoro
del aspecto de que se revestía.
“Aun con tu cresta cercenada y mocha —le dije—,
no serás un cobarde,
hórrido cuervo vetusto y amenazador.
Evadido de la ribera nocturna.
¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado
pudiera hablar tan claramente;
aunque poco significaba su respuesta.
Poco pertinente era. Pues no podemos
sino concordar en que ningún ser humano
ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro
posado sobre el dintel de su puerta,
pájaro o bestia, posado en el busto esculpido
de Palas en el dintel de su puerta
con semejante nombre: “Nunca más.”

Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto.
las palabras pronunció, como virtiendo
su alma sólo en esas palabras.
Nada más dijo entonces;
no movió ni una pluma.
Y entonces yo me dije, apenas murmurando:
“Otros amigos se han ido antes;
mañana él también me dejará,
como me abandonaron mis esperanzas.”
Y entonces dijo el pájaro: “Nunca más.”

Sobrecogido al romper el silencio
tan idóneas palabras,
“sin duda —pensé—, sin duda lo que dice
es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido
de un amo infortunado a quien desastre impío
persiguió, acosó sin dar tregua
hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido,
hasta que las endechas de su esperanza
llevaron sólo esa carga melancólica
de ‘Nunca, nunca más’.”

Mas el Cuervo arrancó todavía
de mis tristes fantasías una sonrisa;
acerqué un mullido asiento
frente al pájaro, el busto y la puerta;
y entonces, hundiéndome en el terciopelo,
empecé a enlazar una fantasía con otra,
pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño,
lo que este torvo, desgarbado, hórrido,
flaco y ominoso pájaro de antaño
quería decir granzando: “Nunca más.”

En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra,
frente al ave cuyos ojos, como-tizones encendidos,
quemaban hasta el fondo de mi pecho.
Esto y más, sentado, adivinaba,
con la cabeza reclinada
en el aterciopelado forro del cojín
acariciado por la luz de la lámpara;
en el forro de terciopelo violeta
acariciado por la luz de la lámpara
¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más!

Entonces me pareció que el aire
se tornaba más denso, perfumado
por invisible incensario mecido por serafines
cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado.
“¡Miserable —dije—, tu Dios te ha concedido,
por estos ángeles te ha otorgado una tregua,
tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora!
¡Apura, oh, apura este dulce nepente
y olvida a tu ausente Leonora!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Profeta!” —exclamé—, ¡cosa diabolica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio
enviado por el Tentador, o arrojado
por la tempestad a este refugio desolado e impávido,
a esta desértica tierra encantada,
a este hogar hechizado por el horror!
Profeta, dime, en verdad te lo imploro,
¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad?
¡Dime, dime, te imploro!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Profeta! —exclamé—, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!
¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas,
ese Dios que adoramos tú y yo,
dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén
tendrá en sus brazos a una santa doncella
llamada por los ángeles Leonora,
tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen
llamada por los ángeles Leonora!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Sea esa palabra nuestra señal de partida
pájaro o espíritu maligno! —le grité presuntuoso.
¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.
No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira
que profirió tu espíritu!
Deja mi soledad intacta.
Abandona el busto del dintel de mi puerta.
Aparta tu pico de mi corazón
y tu figura del dintel de mi puerta.
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.
Aún sigue posado, aún sigue posado
en el pálido busto de Palas.
en el dintel de la puerta de mi cuarto.
Y sus ojos tienen la apariencia
de los de un demonio que está soñando.
Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama
tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,
del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,
no podrá liberarse. ¡Nunca más!









lunes, 30 de octubre de 2017

Cristina Peri Rossi

Deseo 


Amaneció lloviendo en Barcelona

-ciudad de aguas escasas-.
Hilos transparentes
agujas de araña
se descolgaban lentamente.
Sostuve el cielo con las manos
con los sueños con el pensamiento.
Una oración
una pequeña súplica
una demanda:
que las aguas no se detuvieran
hasta tu llegada
para flotar contigo en el diluvio.



De Estrategias del deseo






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domingo, 29 de octubre de 2017

Miguel Hernández

El hambre
II.

El hambre es el primero de los conocimientos:
tener hambre es la cosa primera que se aprende.
Y la ferocidad de nuestros sentimientos,
allá donde el estómago se origina, se enciende.

Uno no es tan humano que no estrangula un día
pájaros sin sentir herida la conciencia:
que no sea capaz de ahogar en nieve fría
palomas que no saben si no es de la inocencia.

El animal influye sobre mí con extremo,
la fiera late en todas mis fuerzas, mis pasiones.
A veces, he de hacer un esfuerzo supremo
para acallar en mí la voz de los leones.

Me enorgullece el título de animal en mi vida,
pero en el animal humano persevero.
Y busco por mi cuerpo lo más puro que anida,
bajo tanta maleza, con su valor primero.

Por hambre vuelve el hombre sobre los laberintos
donde la vida habita siniestramente sola.
Reaparece la fiera, recobra sus instintos,
sus patas erizadas, sus rencores, su cola.

Arroja los estudios y la sabiduría,
y te quita la máscara, la piel de la cultura,
los ojos de la ciencia, la corteza tardía
de los conocimientos que descubre y procura.

Entonces sólo sabe del mal, del exterminio.
Inventa gases, lanza motivos destructores,
regresa a la pezuña, retrocede al dominio
del colmillo, y avanza sobre los comedores.

Se ejercita en la bestia, y empuña la cuchara
dispuesto a que ninguno se le acerque a la mesa.
Entonces sólo veo sobre el mundo una piara
de tigres y en mis ojos la visión duele y pesa.

Yo no tengo en el alma tanto tigre admitido,
tanto chacal prohijado, que el vino que me toca,
el pan, el día, el hambre no tenga compartido
con otras hambres puestas noblemente en la boca.

Ayudadme a ser hombre: no me dejéis ser fiera
hambrienta, encarnizada, sitiada eternamente.
Yo, animal familiar, con esta sangre obrera
os doy la humanidad que mi canción presiente.




 De El hombre acecha










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Poesia

Miguel Hernández: El hambre, de El hombre acecha

Octubre 22, 2012
Miguel-Hernandez-post.jpg
“… Porque donde una cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada…”

MH

“El hambre”

I
Tened presente el hambre: recordad su pasado
turbio de capataces que pagaban en plomo.
Aquel jornal al precio de la sangre cobrado,
con yugos en el alma, con golpes en el lomo.
El hambre paseaba sus vacas exprimidas,
sus mujeres resecas, sus devoradas ubres,
sus ávidas quijadas, sus miserables vidas
frente a los comedores y los cuerpos salubres.
Los años de abundancia, la saciedad, la hartura,
eran sólo de aquellos que se llamaban amos.
Para que venga el pan justo a la dentadura
del hambre de los pobres aquí estoy, aquí estamos.
Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente,
los que entienden la vida por un botín sangriento:
como los tiburones, voracidad y diente,
panteras deseosas de un mundo siempre hambriento.
Años del hambre han sido para el pobre sus años.
Sumaban para el otro su cantidad los panes.
Y el hambre alobadaba sus rapaces rebaños
de cuervos, de tenazas, de lobos, de alacranes.
Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas,
cicatrices y heridas, señales y recuerdos
del hambre, contra tantas barrigas satisfechas:
cerdos con un origen peor que el de los cerdos.
Por haber engordado tan baja y brutalmente,
más abajo de donde los cerdos se solazan,
seréis atravesados por esta gran corriente
de espigas que llamean, de puños que amenazan.
No habéis querido oír con orejas abiertas
el llanto de millones de niños jornaleros.
Ladrábais cuando el hambre llegaba a vuestras puertas
a pedir con la boca de los mismos luceros.
En cada casa, un odio como una higuera fosca,
como un tremante toro con los cuernos tremantes,
rompe por los tejados, os cerca y os embosca,
y os destruye a cornadas, perros agonizantes.



Poesia

Miguel Hernández: El hambre, de El hombre acecha

Octubre 22, 2012
Miguel-Hernandez-post.jpg
“… Porque donde una cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada…”

MH

“El hambre”

I
Tened presente el hambre: recordad su pasado
turbio de capataces que pagaban en plomo.
Aquel jornal al precio de la sangre cobrado,
con yugos en el alma, con golpes en el lomo.
El hambre paseaba sus vacas exprimidas,
sus mujeres resecas, sus devoradas ubres,
sus ávidas quijadas, sus miserables vidas
frente a los comedores y los cuerpos salubres.
Los años de abundancia, la saciedad, la hartura,
eran sólo de aquellos que se llamaban amos.
Para que venga el pan justo a la dentadura
del hambre de los pobres aquí estoy, aquí estamos.
Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente,
los que entienden la vida por un botín sangriento:
como los tiburones, voracidad y diente,
panteras deseosas de un mundo siempre hambriento.
Años del hambre han sido para el pobre sus años.
Sumaban para el otro su cantidad los panes.
Y el hambre alobadaba sus rapaces rebaños
de cuervos, de tenazas, de lobos, de alacranes.
Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas,
cicatrices y heridas, señales y recuerdos
del hambre, contra tantas barrigas satisfechas:
cerdos con un origen peor que el de los cerdos.
Por haber engordado tan baja y brutalmente,
más abajo de donde los cerdos se solazan,
seréis atravesados por esta gran corriente
de espigas que llamean, de puños que amenazan.
No habéis querido oír con orejas abiertas
el llanto de millones de niños jornaleros.
Ladrábais cuando el hambre llegaba a vuestras puertas
a pedir con la boca de los mismos luceros.
En cada casa, un odio como una higuera fosca,
como un tremante toro con los cuernos tremantes,
rompe por los tejados, os cerca y os embosca,
y os destruye a cornadas, perros agonizantes.



Poesia

Miguel Hernández: El hambre, de El hombre acecha

Octubre 22, 2012
Miguel-Hernandez-post.jpg
“… Porque donde una cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada…”

MH

“El hambre”

I
Tened presente el hambre: recordad su pasado
turbio de capataces que pagaban en plomo.
Aquel jornal al precio de la sangre cobrado,
con yugos en el alma, con golpes en el lomo.
El hambre paseaba sus vacas exprimidas,
sus mujeres resecas, sus devoradas ubres,
sus ávidas quijadas, sus miserables vidas
frente a los comedores y los cuerpos salubres.
Los años de abundancia, la saciedad, la hartura,
eran sólo de aquellos que se llamaban amos.
Para que venga el pan justo a la dentadura
del hambre de los pobres aquí estoy, aquí estamos.
Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente,
los que entienden la vida por un botín sangriento:
como los tiburones, voracidad y diente,
panteras deseosas de un mundo siempre hambriento.
Años del hambre han sido para el pobre sus años.
Sumaban para el otro su cantidad los panes.
Y el hambre alobadaba sus rapaces rebaños
de cuervos, de tenazas, de lobos, de alacranes.
Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas,
cicatrices y heridas, señales y recuerdos
del hambre, contra tantas barrigas satisfechas:
cerdos con un origen peor que el de los cerdos.
Por haber engordado tan baja y brutalmente,
más abajo de donde los cerdos se solazan,
seréis atravesados por esta gran corriente
de espigas que llamean, de puños que amenazan.
No habéis querido oír con orejas abiertas
el llanto de millones de niños jornaleros.
Ladrábais cuando el hambre llegaba a vuestras puertas
a pedir con la boca de los mismos luceros.
En cada casa, un odio como una higuera fosca,
como un tremante toro con los cuernos tremantes,
rompe por los tejados, os cerca y os embosca,
y os destruye a cornadas, perros agonizantes.

sábado, 28 de octubre de 2017

José Ángel Buesa

La sed insaciable

Decir adiós… La vida es eso.
Y yo te digo adiós, y sigo…
Volver a amar es el castigo
de los que amaron con exceso.

Amar y amar toda la vida,
y arder y arder en esa llama.
Y no saber por qué se ama…
Y no saber por qué se olvida…

Coger las rosas una a una,
beber un vino y otro vino,
y andar y andar por un camino
que no conduce a parte alguna.

Sentir más sed en cada fuente
y ver más sombra en cada abismo,
en este amor que es siempre el mismo,
pero que siempre es diferente.

Porque en el sordo desacuerdo
de lo soñado y lo vivido,
siempre, del fondo del olvido,
nace la muerte de un recuerdo.

Y en esta angustia que no cesa,
que toca el alma y no la toca,
besar la sombra de otra boca
en cada boca que se besa…














 'Si me necesitas, silva'

viernes, 27 de octubre de 2017

Karmelo C. Iribarren

Y qué pasó
entonces. Pasó una mujer.
Pero qué pasó.

Que era
de las que nunca  
terminan
de pasar 









 Ava Gardner in Mogambo

miércoles, 25 de octubre de 2017

Jorge Riechmann

  Hay muchos trenes falsos.
  Es fácil confundirlos con los trenes auténticos.
  Casi todos
  los llaman también trenes :
  los revisores
  los ferroviarios
  los carteristas
  los viajeros casi sin excepción
  y hasta yo mismo
  cuando no quiero dar muchas explicaciones.

  Trenes sólo son los que parten de noche.
  Trenes sólo son los que llevan a ti.

    

martes, 24 de octubre de 2017

Odette Alonso(Cuba)

BALCÓN AL MAR 

Llego a tus costas
como al reverso menos cruel de la moneda
y tengo todo el tiempo para amarte
aunque el amor no sea más que alguna carta
a veces una espera.
Me desvisto en el muelle
me deslumbro
tiendo mi mano para hallar otra respuesta
y allí estás tú
allí vuelvo a encontrarte
toda tu firme voluntad sobre mis huesos.
La Habana
al otro lado
es una mancha
una extensa muchacha de luces en la espalda
siempre llena de veredas y centauros.
Porque no soy igual a los demás es que te amo
cuando la muerte es una rosa de los vientos
un golpe de suerte
una limpia palmada sobre el hombro.
Porque no soy igual a los demás es que te canto
que asciende mi canción buscando un puerto
un balcón frente al mar
donde dejar mi mano
donde dejar toda mi voz a buen recaudo
sobre el reverso menos cruel de la moneda. 






Resultado de imagen de balcon frente al mar lel malecón La habana vintage



lunes, 23 de octubre de 2017

Oscar Wilde

... todo el mundo ama la vida. Es grato posarse en el bosque verdeante y mirar al sol en su carro de oro y a la luna en su carro de perlas. Suave es el aroma de los nobles espinos. Dulces son las campanillas que se esconden en el valle y los brezos que cubren la colina. Sin embargo, el amor es mejor que la vida...

De El ruiseñor y la rosa
Resultado de imagen de nightingale and the rose










... Life is very dear to all. It is pleasant to sit in the green wood, and to watch the Sun in his chariot of gold, and the Moon in her chariot of pearl. Sweet is the scent of the hawthorn, and sweet are the bluebells that hide in the valley, and the heather that blows on the hill. Yet Love is better than Life...


from the Nightingale and the Rose 



domingo, 22 de octubre de 2017

Federico Luppi(Argentina)

 Chau señor LuppiImagen relacionada




LUGARES COMUNES (A.Aristarain)

Juan Gelman

Alza tus brazos...
Alza tus brazos,
ellos encierran a la noche,
desátala sobre mi sed,
tambor, tambor, mi fuego.

Que la noche nos cubra con una campana,
que suene suavemente a cada golpe del amor.

Entiérrame la sombra, lávame con ceniza,
cávame del dolor, límpiame el aire:
yo quiero amarte libre.

Tú destruyes el mundo para que esto suceda
tu comienzas el mundo para que esto suceda.






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viernes, 20 de octubre de 2017

Adrienne Rich

LA ESCUELA ENTRE RUINAS
Beirut. Baghdad. Sarajevo. Bethlehem. Kabul. Aquí no, por supuesto.

1.

Enseñar la primera lección y la última
– gran luz del verano que caes, ¿durarás
más que las clases?

Cuando los chicos corren
en fila por las puertas
CHICOS CHICAS y maestros ocupados

que abren o cierran las ventanas altas
con palos con ganchos dibujando sombras verdeoscuras

armarios abiertos, cerrados
preguntas respondidas, sin responder, cuando

el amor como lápices afilados
sí frescos impecables
ordena sin crueldad

por una calle en la tierra no en el cielo ni en el infierno
atareada entre el comercio y la adoración
los jóvenes maestros caminan a la escuela

con el pan caliente y los puestos de comida que abren temprano

2.

Cuando la ofensiva apedrea el cielo cuando el resplandor nocturno
confunde el día y la noche cuando los cuartos

habitados de la parte más alta de la ciudad
se tambalean abriendo cráteres calle abajo

y cornisas de antaño adornan restos humanos
cuando el miedo aspira las calles

Cuando el pueblo entero se estremece
y bajo la suela la sangre se espesa como vidrio

Quien sea que cruce con las rodillas dobladas una zona de contienda
sabe por qué hace esta cosa suicida

La escuela ahora está abierta día y noche
los chicos duermen
en las aulas con los maestros cerca, acurrucados

3.

Cómo amó el buen maestro
su escuela sus alumnos
el comedor con sándwiches recién hechos

la leche y la limonada
y en las aulas, las peceras
con tortugas y musgo
enseñando responsabilidad

Empieza una mañana sin pan ni leche fresca
ni padres ni planificación

la diarrea es el primer tema del día
y los chicos tiritando en septiembre
El segundo tema es: ¿Adónde está mi mamá?

4.

Uno: No sé dónde está tu
mamá. Dos: No sé
por qué quieren lastimarnos
Tres: ni la latitud ni la longitud
de su odio. Cuatro: no sé si nosotros
los odiamos tanto Creo que hay más papel higiénico
en el armario Lo voy a abrir

Esta es tu lección del día:
escribí tan claro como puedas
tu nombre dirección y número
en este papel
No todavía no podés irte a casa
pero no estás perdido
ésta es nuestra escuela

No estoy segura qué vamos a comer
vamos a buscar raíces y verduras
vamos a buscar agua aunque los caños están rotos

5.

Hay una gatita asomando
la cabeza por los barrotes de la ventana
tiene hambre como nosotros
pero puede cazar ratones
su pelo, un chorro de bronce habla
de una vida ya salvaje

sus ojos dorados
no dan tregua Ella nos va a enseñar Vamos a ponerle
Hermana
y cuando tomemos leche, le vamos a dar un poco

6.

Ya les dije, tratemos de dormir en este campamento, es divertido
Toda la noche cosas sin piedad y sin piloto pasan chillando
encima nuestro rumbo a alguna parte

No dejen que sus caras se conviertan en piedra
No dejen de preguntarme por qué
Cuidemos a nuestra gata ella nos necesita

Quizás mañana los panaderos puedan arreglar los hornos

7.

“Cantamos para dormirlos contamos cuentos hicimos
sombras chinas de animales con nuestras manos

limpiamos despojos de sus botas y abrigos
nos sentamos a aprender de memoria los nombres
algunos eran demasiado chicos para escribir
algunos habían olvidado cómo”


(Versión en castellano de Sandra Toro)






Una infancia en ruinas en Yemen





THE SCHOOL AMONG THE RUINS

Beirut.Baghdad.Sarajevo.Bethlehem.Kabul. Not of course here.

1.

Teaching the first lesson and the last
--great falling light of summer will you last
longer than schooltime?

When children flow
in columns at the doors
BOYS GIRLS and the busy teachers

open or close high windows
with hooked poles drawing darkgreen shades

closets unlocked, locked
questions unasked, asked, when

love of the fresh impeccable
sharp-pencilled yes
order without cruelty


a street on earth neither heaven nor hell
busy with commerce and worship
young teachers walking to school

fresh bread and early-open foodstalls


2.

When the offensive rocks the sky when nightglare
misconstrues day and night when lived-in

rooms from the upper city
tumble cratering lower streets

cornices of olden ornament human debris
when fear vacuums out the streets

When the whole town flinches
blood on the undersole thickening to glass

Whoever crosses hunched knees bent a contested zone
knows why she does this suicidal thing

School's now in session day and night
children sleep
in the classrooms teachers rolled close


3

How the good teacher loved
his school the students
the lunchroom with fresh sandwiches

lemonade and milk
the classroom glass cages
of moss and turtles
teaching responsibility

A morning breaks without bread or fresh-poured milk
parents or lesson-plans

diarrhea first question of the day
children shivering it's September
Second question: where is my mother?


4.
One: I don't know where your mother
is Two: I don't know
why they are trying to hurt us
Three: or the latitude and longitude
of their hatred Four: I don't know if we
hate them as much I think there's more toilet paper
in the supply closet I'm going to break it open

Today this is your lesson:
write as clearly as you can
your name home street and number
down on this page
No you can't go home yet
but you aren't lost
this is our school

I'm not sure what we'll eat
we'll look for healthy roots and greens
searching for water though the pipes are broken


5.

There's a young cat sticking
her head through window bars
she's hungry like us
but can feed on mice
her bronze erupting fur
speaks of a life already wild

her golden eyes
don't give quarter She'll teach us Let's call her
Sister
when we get milk we'll give her some



6.

I've told you, let's try to sleep in this funny camp
All night pitiless pilotless things go shrieking
above us to somewhere

Don't let your faces turn to stone
Don't stop asking me why
Let's pay attention to our cat she needs us

Maybe tomorrow the bakers can fix their ovens

7.

"We sang them to naps told stories made
shadow-animals with our hands

washed human debris off boots and coats
sat learning by heart the names
some were too young to write
some had forgotten how"












martes, 17 de octubre de 2017

Benjamín Prado


Inmortal
 
Fuiste inmortal
el tiempo que una ola
tardó en borrar tus pasos sobre la playa.
Pero no lo sabías.

Fuiste inmortal
el tiempo que la nieve
detuvo los caminos hacia tu casa.
Y tú no lo sabías.

Yo te nombré,
tú eras como un poema:
pájaro en el oído, sombra encauzada,
agua vencida.

Fuiste inmortal.
Fuiste la luz de un fuego.
Fuiste la sangre oscura de las palabras.
Y tú no lo sabías.


Tú nunca lo sabías.


Pero después
el mar cubrió la arena,
la nieve se deshizo
y el alud de nosotros llegó a tu casa.


























lunes, 16 de octubre de 2017

Raquel Lanseros

EL DISCRETO ENCANTO DE LA AUTENTICIDAD

Fue Antoine de Saint-Exupéry quien dijo
que conocer a alguien
no era memorizar su nómina y su oficio
sino saber si amaba los geranios…
                             vas contando radiante mientras corres
                             al abrigo del tiempo
                             rasgando una guitarra imaginaria.

Yo apenas te conozco
de esa manera convencional y triste
en que se miden las gentes rigurosas
las mismas que calculan circunspectas
los números ajenos, las posibilidades
de establecer un marco común satisfactorio
como base de sólidas alianzas
que redunden en beneficios mutuos.

     Afortunadamente ignoro todo eso.
    Pero sé muchas cosas.

Aprendí navegando tu mirada infinita que los días
nos premian sólo a veces con veinticuatro horas
que un pez es el vecino del charco de la esquina
y la esquela de un príncipe un folio de papel.

Si conocer es verte sin que te vean los ojos
soñar a tumba abierta y no saber
                             quién se adueña de quién
pulimentar la luna
izar contigo todas las banderas
                                     exentas de pecado
vislumbrar el secreto
elevar al cuadrado la risa de la tierra
escuchar sin abismos
tender la mano igual
                  que quien construye un puente.

Entonces, te conozco.
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 

domingo, 15 de octubre de 2017

Alfonso Brezmes

Tres deseos

Que no escuches otra voz

distinta de la mía- dijiste

soplando el primer fósforo-.



Que nada digas que me hiera 

fue tu segundo deseo - y la oscuridad

nos iba envolviendo poco a poco-.



Que no acabe este sueño,

-susurraste, soplando por última vez-.

Y todo desapareció. 



Y nos encontramos de pronto

en medio de la noche.

Sordos mudos y ciegos.








 Resultado de imagen de la noche tatuada alfonso brezmes

sábado, 14 de octubre de 2017

Miguel d´Ors

Cosas que no soporto en un poema

Que suceda en Lisboa.
Que se proponga ser original.
Que hable de los dorados cuerpos de los etcétera.
Que diga Espacio o Punto (e incluso sin mayúsculas).
Que lleve algún versito
                  metido para adentro, o abuse del azul.
Que las manías de Cernuda emule.
Que le pueda gustar a Octavio Paz.
Que esté escrito en Valencia.
                              Que sea mío.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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miércoles, 11 de octubre de 2017

Luis Alberto de Cuenca

4. Qué complaciente estabas, amor mío, en la pesadilla
 
El problema no es tener que abandonarlo
todo a cambio de ti.
El problema es tener que abandonarte a ti
a cambio de un fantasma.
Son las cosas que ocurren cuando sueñas que vuelve
la mujer que no ha de volver.












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martes, 10 de octubre de 2017

Almudena Guzmán

LLAMA DE LLUVIA MAYA

Estalla la poesía de tu piel, Juan, como la miel en un cedro
mojado; te veo y eres la luz, el brote oloroso que abre las
ventanas de un día feliz.
Ya ves, aquí me tienes jugando con los grillos del alba
porque a un lado está tu pecho encendido,
las manos se te posan en mi pelo cansado
y entonces nunca ha existido cansancio en mí;
todo lo rompes, Juan, te estableces en mi corazón y allí
fundas tu casa
de guacamayos blancos, viento y sal,
las violetas vuelan exasperadas por tu aroma
y el mar se rinde
-grandioso perdedor-
ante ese cabello dorado que a todo le pide cuentas:
al amor, a los encantados caminos,
a los dioses de fuego que alumbran tus ojos de indio desarraigado.
Siento que sufras bajo los cementos de Madrid,
que te falte espacio para cambiar tus lágrimas
por las de la luna llena,
pero el tenerte aquí, el vivir junto a un nagual único, inextinguible,
junto a una llama de lluvia que nunca se apaga…
¿A quién debo agradecerle tanta dicha?
Guzmán, Almudena



 

lunes, 9 de octubre de 2017

Jean Rochefort (Francia)

 

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Resultado de imagen de el marido de la peluquera cartel 

  

 

El marido de la peluquera

Le mari de la coiffeuse (1990) Patrice Leconte






Ezra Pound

En una estación del metro.

La aparición de estos rostros en la multitud;
pétalos en una rama oscura y húmeda.







 Resultado de imagen







In a Station of the Metro


The apparition of these faces in the crowd;
Petals on a wet, black bough.


sábado, 7 de octubre de 2017

Charles Bukowski

The Laughing Heart

your life is your life
don’t let it be clubbed into dank submission.
be on the watch.
there are ways out.
there is a light somewhere.
it may not be much light but
it beats the darkness.
be on the watch.
the gods will offer you chances.
know them.
take them.
you can’t beat death but
you can beat death in life, sometimes.
and the more often you learn to do it,
the more light there will be.
your life is your life.
know it while you have it.
you are marvelous
the gods wait to delight
in you.









TOM WAITS recita a Bukowski












El corazón que ríe

Tu vida es tu vida
no dejes que sea golpeada contra la húmeda sumisión
mantente alerta
hay salidas
hay una luz en algún lugar
puede que no sea mucha luz pero
vence a la oscuridad
mantente alerta
los dioses te ofrecerán oportunidades
conócelas
tómalas
no puedes vencer a la muerte pero
puedes vencer a la muerte en la vida, a veces
y mientras más a menudo aprendas a hacerlo
más luz habrá
tu vida es tu vida
conócela mientras la tengas
tú eres maravilloso
los dioses esperan para deleitarse
en ti.




viernes, 6 de octubre de 2017

Amalia Iglesias

Desde nunca te quiero y para siempre
Desde nunca te quiero y para siempre,
desde todo y quizá y para siempre,
desde el rotundo rayo que sube por la acequia de las horas
al látigo crecido en mis pupilas ponientes,
veloz mi voz, mi viento:
vértigo de desembocadura
y el más ingrato delta para acabar el viaje.
     
Hasta la nada espero,
hasta lo lejos de la memoria inútil y el cráter sin crepúsculo,
hasta la duda embriagada de rótulos celestes,
en la fiebre y la luna imantada de agosto.



De Un lugar para el fuego.









 Marion Cotillard》Such a compelling face, you just want to see more of her...

jueves, 5 de octubre de 2017

Meira Delmar

Corazón
Este es mi corazón. Mi enamorado     
corazón, delirante todavía.           
Un ángel en azul de poesía           
le tiene para siempre traspasado.     
                                       
En él, como en un río sosegado,       
el cielo es de cristal y melodía.     
Y a su dulce comarca llega el día     
con un paso de niño iluminado.       
                                       
Este es mi corazón. La primavera     
que inaugura las rosas, vana fuera   
sin su espejo de gozo repetido.       
                                       
Y vano el tiempo del amor, que mueve 
las alas de los sueños, y conmueve   
la sangre con su canto sostenido    














 ♥ Coração, A Chave... Mujeres Mexican Folk Art

miércoles, 4 de octubre de 2017

Wisława Szymborska

El terrorista; Él mira

La bomba va a estallar en el bar a las trece y veinte.
Ahora son sólo las trece y dieciséis.
Algunos todavía tienen tiempo para entrar.
Otros, para salir.
El terrorista ya caminó al otro lado de la calle.
Esta distancia lo preserva de todo el mal.
Y además un panorama como en el cine:
Una mujer con campera amarilla, ella entra.
Un hombre de anteojos oscuros, él sale.
Muchacho en jeans, ellos hablan.
Las trece y diecisiete con cuatro segundos.
El más bajo, este tiene suerte, se sube a la moto,
y el más alto entra.
Trece y diecisiete y cuarenta segundos.
Una chica, ella camina con una cinta verde en el pelo.
Sólo que el colectivo de pronto la tapa.
Trece y dieciocho.
Ya no está la chica.
Habrá sido tan tonta como para entrar, o no,
se verá cuando los saquen afuera.
Trece y diecinueve.
Parece que no entra nadie.
Al contrario, sale un gordo pelado.
Parece que busca algo en los bolsillos y
a las trece y veinte menos veinte segundos
él se vuelve por los miserables guantes.

Son las trece y veinte.
Tiempo, como tarda.
En cualquier momento.
Todavía no.
Si, ahora.
La bomba, ella estalla. 









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