Fieles a esta luz, a este mar

Por la noche eran barcos, por la mañana son aves:
entran cantando por la casa.
Juntos atraviesan los días como hermanos
gemelos, dependientes
unos de otros como estrellas
de la misma constelación.

Cada viaje fue en su momento un voluptuoso
descubrimiento de emociones
de puerto en puerto; ahora
es simplemente el sabor inteligente
de regresar a la pequeña plaza
con muros encalados, a la casa
donde el cuerpo se reconoció en otro cuerpo,
fieles a esta luz, a este mar.