martes, 5 de marzo de 2024

José Saramago


A ti regreso, mar, al sabor fuerte
de la sal que el viento trae hasta mi boca,
a tu claridad, a esta suerte
que me fue dada de olvidar la muerte
aun sabiendo que la vida es poca.
A ti regreso, mar, cuerpo tendido,
a tu poder de paz y tempestad,
a tu clamor de dios encadenado,
de tierra femenina rodeado,
cautivo de la propia libertad.
A ti regreso, mar, como quien sabe
de esa tu lección sacar provecho.
Y antes de que la vida se me acabe,
de toda el agua que en la tierra cabe,
en voluntad tornada, armaré el pecho.

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