martes, 23 de mayo de 2023

José Hierro

Gaviota

Ese vuelo que traza la gaviota
por el divino gris, ¡como cautiva,
como prende el mirar, grúas arriba,
meciéndole en las nieblas en que flota!

Ya está la soledad surcada y rota.
Paloma marinera, lenta y viva,
que en el pico, en lugar de verde oliva,
lleva octubres de música remota.

Fragmento de la vela de una nave.
Cuerpo de tela y alma libre de ave
nacida, como un eco de campana,

de entre las instantáneas catedrales
que olvidan —humos vagos e ideales—
los barcos que se van para La Habana.





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