lunes, 13 de septiembre de 2021

Rafael Alberti

A César Manrique. Pastor de vientos y volcanes

Vuelvo a encontrar mi azul, mi azul y el viento,
mi resplandor,
la luz indestructible

que yo siempre soñé para mi vida.

Aquí están mis rumores,
mis músicas dejadas,
mis palabras primeras mecidas de la espuma, 

mi corazón naciendo antes de sus historias, 

tranquilo mar, mar pura sin abismos.

Yo quisiera tal vez morir, morirme,
que es vivir más, en andas de este viento, 

fortificar su azul, errante, con el hálito 

de mi canción no dicha todavía.

Yo fui, yo fui el cantor de tanta transparencia, 

y puedo serlo aún, aunque sangrando, 

profundamente, vivamente herido,
lleno de tantos muertos que quisieran

revivir en mi voz, acompañándome.
Más no quiero morir, morir aunque lo diga, 

porque no muere el mar, aunque se muera.

Mi voz, mi canto, debe acompañaros
más allá de las edades.
He venido a vosotros para hablaros y veros, 

arenales y costas sin fin que no conozco, 

dunas de lavas negras,
palmares combatidos, hombres solos, 

abrazados de mar y de volcanes.



architekt
César Manrique , artista lanzaroteño

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