jueves, 16 de septiembre de 2021

Ana Luísa Amaral

APRENDIZAJE

 

La bicicleta era cromada y negra,

Tenía en el manillar un listón ancho circundando

La Navidad y ruedas generosas

Como parecía el mundo


Yo, la mañana siguiente,

Sin saber mantener una ruta pareja,

A mi lado mi padre, sosteniendo el sillín,

Su mano: ardiente hilo de plomada

En ardiente confianza


Después era su voz entrecortada

Por el puro cansancio de correr,

Tratando de alinear la bicicleta


Hoy, tras muchos años de gestos paralelos,

Mi hija en otros caminos,

Mi mano corrigiendo desviaciones de más modernas ruedas,

Entiendo al fin que era emoción lo que se oía

En la voz interrumpida de mi padre:

Miedo a que me cayera,

Aun sabiendo que eran cortas las caídas,

Pero ante todo la ternura de verme allí,

Entrando en el mundo de los mayores,

En débil equilibrio

Al borde de la salida circular de la infancia




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