viernes, 27 de noviembre de 2015

Roberto Juarroz

Detenerse ante el asombro
 que se despliega en el gesto de la rosa
o en la maravillada tertulia
que entablan los colores y los pájaros
sobre la franja insegura del atardecer,
equivale a asombrarse del asombro.

Aparece entonces una nueva inocencia,
más esencial que la primera.
Sólo en ella germina
el asombro definitivo:
el reconocimiento a través de las máscaras.

La salvación por el asombro
         One perfect yellow rose, so beautiful. I think the yellow had always been my favorite. It's bright, happy and so sunny! Makes me happy!

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