domingo, 11 de enero de 2015

William Shakespeare

My mistress’ eyes are nothing like the sun

 (Sonnet 130)

My mistress’ eyes are nothing like the sun;
Coral is far more red than her lips’ red;
If snow be white, why then her breasts are dun;
If hairs be wires, black wires grow on her head.
I have seen roses damasked, red and white,
But no such roses see I in her cheeks;
And in some perfumes is there more delight
Than in the breath that from my mistress reeks.
I love to hear her speak, yet well I know
That music hath a far more pleasing sound;
I grant I never saw a goddess go;
My mistress when she walks treads on the ground.
     And yet, by heaven, I think my love as rare
     As any she belied with false compare.
 
 Los ojos de mi amada

Los ojos de ella junto al sol son nada,
el coral es más rojo que sus labios.
Blanca es la nieve; mas su pecho, oscuro;
si el pelo de hebras es , negras las suyas.
He visto rosas de Damasco: blancas,
y rojas, pero nunca en sus mejillas;
y en algunos perfumes hay más gozo
que el aliento que exhala de mi amada.
Me gusta oírla hablar, mas reconozco
que más hermoso son tiene la música.
Que jamás vi andar a una diosa, es cierto:
mi amada al caminar pisa la tierra;
y aún pienso que más vale mi amor
que aquellas a las que engañan con metáforas.

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