lunes, 14 de julio de 2014

Nicolás Guillén

Ejercicio de piano con amapola de siete a nueve de la mañana

                                                                                  Año de 1910

Sobre la quemadura de la amapola
aplícate jazmines ,que eso la cura;
si acaso fuese grave la quemadura
usarás la camelia, pero una sola.

Cuando el cielo en verano se tornasola

y ni una nube vaga de cruel blancura,
y el hastío te invade como una impura
serpiente que te aprieta y asfixia y viola,

búscate una muchacha que toque viola,

siempre que de ella sea la partitura,
y quémala tú mismo con amapola;

una muchacha fresca, sonriente y pura

y dale una camelia, pero una sola,
si acaso fuese grave la quemadura...
 

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