viernes, 13 de junio de 2014

Ángela Figuera Aymerich

SIN LLAVE

Me tienes y soy tuya. Tan cerca uno del otro
como la carne de los huesos.
Tan cerca uno del otro
y, a menudo, ¡tan lejos!...

Tú me dices a veces que me encuentras cerrada,
como de piedra dura, como envuelta en secretos,
impasible, remota... Y tú quisieras tuya
la llave del misterio...

Si no la tiene nadie... No hay llave. Ni yo misma,
¡ni yo misma la tengo!

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